La chica de Oslo

La chica de Oslo se desarrolla en 2021. La trama tiene que ver con las consecuencias del fallido Acuerdo de Oslo de 1993. Este acontecimiento consistió en una serie de pactos negociados entre el Gobierno israelí y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que actuó como representante del pueblo palestino. El inacabado proceso se inició con conversaciones clandestinas en la capital noruega en 1992 y se plasmó el 13 de septiembre del año siguiente con la histórica firma en los jardines de la Casa Blanca. De hecho, la presentación de la serie muestra las fotos reales del evento.

Este título es una coproducción entre Noruega e Israel que se ha convertido en tendencia en Netflix en cuestión de días. Está dirigida por Uri Barbash y Stian Kristiansen, un noruego y un israelí.

Los espectadores nos movemos entre Oslo, Israel y el Sinaí. La serie quiere trasmitir la humanidad de los personajes frente a situaciones de máxima presión e incertidumbre. Se va descubriendo la amistad de Alex, la madre de Pía, con sus dos amigos diplomáticos de Israel y Palestina. Nace una relación entre las dos madres de los secuestrados que va cambiando de color durante la trama.

En el Sinaí se muestra el sufrimiento de los jóvenes secuestrados y la apasionada lucha idealista de los secuestradores. Cada día que pasa es más fácil introducirse en su vida, sus inquietudes y sus aspiraciones. Por otro lado, en Oslo, el padre de Pía se ve obligado a defender al terrorista encarcelado en la prisión de la ciudad, ajeno a todo lo que está ocurriendo en Israel.

El argumento se entreteje entre las tres localizaciones y cada uno de los personajes. Así, capítulo a capítulo, se descubren matices de la humanidad que los define, sus puntos fuertes y sus debilidades, mostradas sin pudor. Finalmente, todos tendrán algo que perdonar y por lo que pedir perdón. En ese momento la redención del perdón es el mejor remedio para todos.

La serie es fácil de ver, con capítulos breves. La trama es entretenida y además te sitúa en hechos históricos interesantes. Cabe destacar la fotografía en Oslo y el Sinaí, y, en especial, la tormenta de arena. Una buena opción para pasar el rato y refrescar hechos históricos recientes.

Firma: Rosa María Aguilar