La casa de papel (T4)

La serie empezó para una temporada (que se dividió en dos partes), pero ciertamente no imaginaban su éxito tan arrollador en crítica y público, al que iba a enganchar capítulo a capítulo.

Esta cuarta parte ya no es de Atresmedia sino de Netflix y de la productora Vancouver. Las cartas se van cambiando según mejor postor y la idea de Alex Pina sigue en la brecha.

Esta entrega empieza con el suspense de la muerte o no de Nairobi dentro del Banco de España y si la policía coge o no al profesor y a su mujer, Lisboa, (antes la inspectora Raquel Murillo). Netflix lleva preparando el estreno de esta temporada con un gran marketing.

El inicio recoge la tensión del final de la temporada anterior, pero ofrece una nueva tanda de capítulos donde hay menos acción y más trama psicológica entre los personajes. Crees conocerlos pero, en realidad, debido a la presión que están sometidos pueden tomar caminos o retos insospechados y que dejaran atónitos a los fans de la serie. A veces nada es como parece.

Se utiliza la técnica del flashback para situar el hoy y ahora con temas del pasado que hacen meter al espectador en la mente de los personajes de una manera original e insólita. Como dice Berlín: “todo el mundo te puede traicionar depende de la alternativa que le muestres”.

El lenguaje es muy vulgar y de contenido erótico. Cualquier excusa es buena para las referencias e insinuaciones, un recurso de enganche poco sofisticado. Al tener la trama un alto contenido psicológico salen a la luz las debilidades, los miedos, las emociones, las fragilidades, los tabúes y traumas de cada uno de los personajes, que por mucho que los intenten disfrazar, están ahí para asaltarlos en el momento más inoportuno.

El hilo conductor es tan audaz como inesperado dando lugar a sorpresas que el espectador irá descubriendo capitulo a capitulo, aunque seguramente se vea los ocho episodios del tirón.

Firma: Rosamaría Aguilar