Informe+. Vivir vale la pena.

Cuánta falta hace que, en una pequeña pantalla tan poblada de seres con conductas insulsas (por no decir deplorables), se destaquen vidas que inspiran. Es el caso de este reportaje documental en el que un equipo del programa Informe+ sigue la evolución de la enfermedad de Juan Carlos Unzué.

Diagnosticado de ELA en 2019, Unzué aplica en su vida las grandes virtudes que aplicó en el deporte: esfuerzo, constancia, compromiso, amistad, lealtad, optimismo, innovación y vitalidad. Cualidades que, si bien la naturaleza puede predisponer a la persona, no se consiguen de la noche a a mañana.

El documental, que no renuncia al formato tradicional, recorre el pasado exitoso, la infancia feliz y el presente incierto de un hombre que quiere vivir a fondo a pesar de los obstáculos. Y el programa transcurre con moderación; ni cae en el apasionamiento ni en se regocija en el drama. De esta forma, la historia del protagonista transcurre durante una hora y media sin que la audiencia la perciba como una lección moral o el hito de un ser extraordinario.

Aunque, en realidad, Vivir vale la pena sí es una lección, una lección de vida para todos los que tantas veces nos quejamos de nimiedades cotidianas. También, Juan Carlos es un ser extraordinario, uno de tantos que como él afrontan la enfermedad con entereza y con generosidad, pero no cuentan con la fama suficiente para aparecer en los medios.

Muchas cosas buenas irradia este documental (una mención especial obligada a la familia y a los amigos) y, entre ellas, la omnipresencia del deporte. Una actividad que funciona como medicina, como herramienta y como una opción asequible a muchos para lidiar con lo que le depare la vida.

Al ver un espacio como este, lo mejor sucede siempre al final y es que nuestras emociones recorren el camino en un crescendo que, en este caso, no tiene final, porque la vida de Juan Carlos continúa y la nuestra también. La pregunta es ¿qué hacemos para aprovecharla bien y al máximo?

Firma: Mar Pons