Gus, el pequeño caballero

En una Edad Media modernizada en la que los cuentos de hadas y la alta tecnología conviven, Gus, el pequeño caballero de Reino Caramelo, emprende aventuras repletas de elementos fantásticos y mucha acción. Sin duda alguna, la serie se presenta como una reinterpretación de la época medieval perfecta para que los más pequeños entren en sintonía con la historia antigua sin caer en el desinterés.

Y es que en las peripecias del protagonista, acompañado casi siempre por su comprensiva hermana Iris y sus amigos (de raza diversa), se suman ingredientes que atraen a casi cualquier niño o niña, como espadas láser o motocicletas (sin desmerecer a las varitas mágicas). Asimismo, la apariencia de estos artilugios define el carácter de la serie, que tan solo pretende que los niños se diviertan en grande y aprendan valores de la forma más sana posible, sin armas ni vehículos con una apariencia agresiva que puedan despertar actitudes violentas. Gus, el pequeño caballero es una producción que fomenta la amistad, el amor propio, el amor familiar, la empatía hacia contrarios y la colaboración.

Por otro lado, al margen de su colorida y cuidada animación 3D, uno de los mayores puntos fuertes de la obra es su variado abanico de carismáticos personajes -incluida su propia versión de los famosos Minions-. No importa que se trate de personajes principales o secundarios, todos son memorables (por su diseño y personalidad) y complementan a un guion de once minutos bastante más elaborado y divertido que el de muchas otras producciones infantiles de ficción con las que compite.

En conclusión, Gus, el pequeño caballero es probablemente uno de los productos más ambiciosos dentro de su target, debido a que se toma en serio a sí mismo. Con toques de humor refrescante y grandes dosis de acción, esta producción exprime hasta la última gota de toda idea que puede ofrecer en episodios de muy corta duración.

Firma: Ariadna Fernández