Basada en las novelas del escritor británico Peter James, la serie cumple expectativas aunque no se convierta en imprescindible.
Esta serie británica adapta la saga de libros del escritor, también británico, Peter James. Con Una muerte sencilla y Muerte prevista, el famoso detective en horas bajas, Roy Grace, llega a la pequeña pantalla en un formato de capítulos de una hora y media, como si fueran dos películas. En la segunda temporada, Casi muerto, Las huellas del hombre muerto y Traficantes de muerte, Grace afronta nuevos casos mientras trata de superar la misteriosa desaparición de su esposa.
En principio, la serie se cierra con estos tres episodios. Y, para los que no hayan leído las novelas, esta ficción ofrece al espectador la oportunidad de conocer al poco ortodoxo detective con quien debe empatizar para seguir sus aventuras. El papel protagonista corre a cargo de John Simm (Life on Mars). Simm cumple con su papel de hombre incomprendido, abandonado y atormentado por la desaparición de su mujer, un acontecimiento que no logra descifrar ni gestionar a nivel emocional.
En su desarrollo Grace no tiene prisa y complica las tramas de forma casi imperceptible. Su audiencia no debe prestar atención a los detalles, simplemente dejarse llevar y respetar su papel de espectador crédulo y paciente. Con esto no se pretende decir que los conflictos no se lleven de forma coherente, pero sí que no estamos delante de una procedimetal en el que todo cuadre a la perfección.
Sin duda, nuestro motivo para adentrarnos en el desolador estado de ánimo del protagonista y de los casos en los que participa es la curiosidad de saber qué pasó. La serie cumple como un best seller: entretiene, nos hace disfrutar durante el tiempo que dura la historia y, después, podemos pasar a otra cosa sin que Grace perdure en nuestra memoria más tiempo del necesario. Para adultos amantes del género policíaco con tintes europeos.
Firma: Mar Pons
Roy Grace es policía. Tras la desaparición de su mujer, seis años atrás, su capacidad para trabajar está en entredicho. El incidente abocó a Grace a una búsqueda desenfrenada en la que acabó por contactar con un médium. Médium que también le ayudó a resolver otros casos.
No obstante, ni la opinión pública ni los jefes de Roy ven con buenos ojos esa colaboración. Por este motivo, Grace debe contentarse con hacer trabajo de oficina, resolviendo casos antiguos de desparecidos. Mientras, su instinto y todo su ser le piden salir a investigar. La oportunidad llega cuando un antiguo compañero, Glenn Branson, le pide ayuda para un caso.