El vecino

El vecino es una serie española basada en el cómic original de Santiago García, Pepo Pérez. Una comedia urbana y gamberra que explica las andanzas de un opositor que descubre que su vecino es un superhéroe. La historia no tiene nada de original pues los elementos que combina los hemos visto mil veces en otras historias de superhéroes cutres como Superlópez o El gran héroe americano: los poderes le llegan al peor tipo posible; el héroe no está preparado para asumir su misión y sobre todo no domina sus dones.

El problema es que a esta falta de originalidad, en El vecino se junta la repulsión hacia el héroe que, en ningún momento, asume que, tal vez, pueda ayudar a alguien más que a él y de esta manera casi todos los chistes y bromas giran alrededor de su falta de valor, su egoísmo y sus continuas meteduras de pata. Tampoco se salvan de esta mezquindad su exnovia periodista, que es la única a la que el superhéroe concede entrevistas –¿os suena?–; o los vecinos con los que conviven con sus traumas y neuras pero que en ningún momento consiguen conectar con el espectador.

A esto hay que añadir que la serie está salpicada de detalles groseros y escatológicos, que la interpretación de los actores parece no haber pasado del ensayo… ¿para qué seguir?

Llama la atención el poco tino de Netflix a la hora de producir series en España, cuando la oferta de buenas historias que les llegan es inmensa. Y, por no acabar sin una nota positiva, cabe señalar el esfuerzo por denunciar a las casas de apuestas y su grave impacto en los barrios más desfavorecidos.

En resumen, El vecino es una serie pobre, repetitiva y que no aporta nada a la ficción española. Al menos, podría sacar algunos gags divertidos aprovechando un superhéroe español, pero ni eso consigue. Mejor dedicarse al ganchillo o los sudoku.

Firma: Llorenç Ramis