El problema de los 3 cuerpos

La serie adapta la primera novela de la trilogía de Liu Cixin y comparten título. Se trata de un best seller chino reconocido en 2015 con el premio Hugo, unos galardones que otorga la Convención Mundial de Ciencia Ficción a las mejores obras y logros en ciencia ficción o fantasía.

El problema de los tres cuerpos es un relato de ciencia ficción al que debemos acudir sin hacernos ni demasiadas ni eruditas preguntas, solo las imprescindibles. Quizá aquellas personas que sepan de física puedan sacar más partido a la trama pero, en cualquier caso, no hay que tener muchos conocimientos para disfrutar de esta propuesta.

La trama se inicia en 1960, cuando la joven Ye Wenjie, atemorizada bajo el yugo comunista, lanza una señal al espacio y, con ello, atrae a una de las mayores amenazas para la humanidad. Jin, Will, Auggie y Saul recogen la consecuencias de este irreflexivo acto varias décadas después.

El guion avanza dos tramas en paralelo que confluyen al final del relato. Es una propuesta que evoluciona para sorprender al espectador. Quien la vea debe aplicar la paciencia durante los primeros capítulos para, después, obtener la recompensa de una idea original, bien construida y con trasfondo. Más allá de la ficción, El problema de los tres cuerpos plantea interesantes retos sobre el comportamiento humano, el bien común, la utilización del poder o la valía de una vida.

La historia parte de una sociedad que contrapone Dios y ciencia, y donde esta última casi se presenta más problemática que la existencia de Dios. Y es que cuando los datos no concuerdan, es culpa de los extraterrestres. Pues bien, aceptemos que no estamos solos en el universo y entremos en este título en el que la supervivencia humana está amenazada por mentes y tecnologías muy superiores.

Al margen de los retos fisico cuánticos, la trama recorre los temores, las inquietudes, los retos, sueños y esperanzas de un grupo de amigos científicos. Lo de amigos es importante, pues de ahí se desprenden las historias de interés. Así, al margen de los conceptos por los que debemos prepararnos para una guerra, en principio muy desigual, los vínculos entre estos personajes son los que sostienen la credibilidad y dan cuerpo al drama.

Sin despreciar los efectos, la buena factura visual y ambientación, el contenido destacado es la composición de personajes y ese aroma de reflexión, compromiso y deber que sobrevuela los capítulos. Y es que, aparte de los errores humanos de sus protagonistas, nos quedamos con la amistad, el apoyo mutuo y la capacidad de superación que propone cierta parte de la serie. Por otro lado, quizá nos abrumen los datos y las explicaciones poco probables. No obstante, no son un impedimento si nos atrapa la historia y nos seducen sus moradores.

Firma: Mar Pons