El desafío

Antena 3 emite un espacio los viernes que parte de los retos que Pilar Rubio lleva a cabo en El Hormiguero. Con las muchas desventajas que eso supone, pues le cuelga al concurso la etiqueta de spin-off del programa de las hormigas, El desafío logra hacerse un hueco en la parrilla como uno de los talent-shows más familiares gracias a su casting.

En primer lugar, el gran acierto de la propuesta es su presentador. Siempre es un lujo ver a Roberto Leal, tan carismático como siempre, disfrutando de su trabajo, sin obligar con estridencias cansinas a que los focos se dirijan hacia él.

A su lado, se encuentra el resto del elenco que es, sin duda, lo que hace que las galas funcionen. El jurado, formado por Santiago Segura, Tamara Falcó y Juan del Val, puede aparentar ser prescindible, ya que no exigen a voces ser el centro de atención, lo cual es sorprendente –ya que hay muchas competiciones televisivas en las que el jurado necesita ser lo más destacado– y a la vez gratificante. Ellos evalúan a los ocho famosos que se enfrentan en esta primera edición: Ágatha Ruiz de la Prada, Jorge Sanz, Kira Miró, Jorge Brazález, David Bustamante, Gemma Mengual, Ana Peleteiro y Pablo Puyol. Esta lista de nombres, con la variedad suficiente para llegar a un público amplio, conforma un grupo divertido, simpático, curioso y poco común, que merece la pena por sí mismo.

Todos ellos, dinamizados por Roberto Leal, hacen que el contenido de los retos sea lo de menos, pues el espectador ya disfruta viéndolos interactuar sin más. Aún así, no falta esa espectacularidad propia de la productora 7 y Acción, que en un minuto monta estructuras imponentes llenas de copas de cristal con una excavadora entre ellas en mitad del plató o que trae a la Film Symphony Orchestra a interpretar piezas en directo. Y, además, las pruebas son variadas (apnea, escalada sobre cajas, escapismo, tiro con arco, memorizar capitales del mundo…) y proporcionan bastante entretenimiento, pues mantienen a la audiencia en tensión, ya que no son simplezas para hacer tiempo, sino que tienen su dificultad.

Aunque pueda parecer una copia o un género frío, es de agradecer que –por lo menos por ahora– el producto no incluya bromas pesadas sin gracia, parte de reality, broncas para añadir drama o politiqueo, como tantos otros. De esta manera, El desafío se dirige realmente a todos los miembros de la familia y les hace disfrutar durante un rato –quizá un poco largo– sin segundas intenciones. Y eso sin mencionar que aporta momentos insólitos, como el poder ver a Ágatha Ruiz de la Prada subida encima de una excavadora intentando servir vino.

Firma: Patricia Amat