Bluey

La familia de Bluey Heeler pertenece a una raza de perros australianos. Está formada por Bandit y Chilli (los padres) y su hermana pequeña, Bingo. Como ocurre en muchas series de animación infantil, los protagonistas son animales que adquieren capacidades humanas: van a trabajar, conducen sus coches y friegan los platos.

El planteamiento lo hemos visto otras veces, así que no sorprende. Pero, en cambio, sí que lo hace el desarrollo, ya que en las aventuras de las dos perritas siempre participan activamente sus padres.

A través del modo de actuar de las protagonistas, vemos como la imaginación y el ingenio tienen un papel muy importante en los espacios de ocio: representar obras de teatro, organizar un zoo en casa, jugar a los oficios, etc. Los niños inventan sin parar y los adultos les acompañan, adoptando roles de todo tipo. De esta manera, en pantalla se representan los momentos de juego de una forma tan delicada y humana que desemboca en estampas verdaderamente tiernas.

Los perros viven en un mundo actual, en el que los televisores, móviles y tabletas también tienen un lugar. Sorprendentemente, estos nunca se convierten en motivo de diversión, sino que, simplemente, sirven de ayuda cuando es necesario. Como cuando Bingo está en el hospital y, gracias a la tablet, puede ver el vídeo de la obra teatral que le han preparado sus familiares desde casa.

Este argumento tan simple nos llega acompañado de dos aspectos muy acertados: el dibujo y la música. Las historias se narran a través de unas formas y un tono suave, nada agresivo ni estridente. Por otro lado, una tonadilla alegre inicia todos los capítulos y otras melodías siguen el desarrollo de la trama y hacen de ella algo todavía más agradable.

En definitiva, Bluey es una propuesta tan sencilla y fresca que encantará a los pequeños y conmoverá a los mayores al ver la relación entre los distintos miembros de esta familia.

Firma: Júlia Nafría