Anatomía de un escándalo

Crítica Anatomía de un escándalo

Análisis

Miniserie de seis intensos capítulos acerca de la verdad o la mentira de una supuesta violación en pleno parlamento británico ¿Se salen los poderosos siempre con la suya?


¿Qué harías si descubres que tu marido tiene una aventura con otra persona? ¿Y si le acusan de violación? ¿Y si resulta que pertenecéis a la élite política y todo lo que está pasando está en el ojo público? Las respuestas se pueden hallar en los seis episodios en los que el concepto de privilegio, verdad y consentimiento juegan un papel clave.

Aunque los personajes no representan ningún caso real (pero podría ser), la serie sí se ha esforzado en crear un ambiente judicial lo más cercano posible a la realidad. En ello ha tenido mucho que ver la autora del libro, puesto que Vaughan trabajó como corresponsal política en Reino Unido durante los escándalos del MeToo. Es decir, conoce de primera mano lo que se cuece en los tribunales y cómo son en la vida real los miembros del parlamento.

De ahí que haya detalles tan precisos como las pelucas. Los abogados y jueces británicos llevan este elemento de vestir desde el siglo XVII, al igual que las capas, que se remontan al siglo XIV. Es una tradición tan implantada que no llevarlo se considera un insulto al sistema judicial. Se ven aquí muchos detalles diferentes con el sistema americano que estamos acostumbrados a ver en el cine y series ambientadas en EE.UU.

Hay novedades curiosas cinematográficamente hablando. El movimiento especial de la cámara juega con el zoom, los espejos, los cristales, los enfoques y distorsiona los fondos cuando se quiere destacar un rostro. La música y los efectos se centran en las emociones de las personas. Flashbacks y realidades mezcladas y con imágenes difuminadas. Una acentuación musical intensa en los momentos destacables ensordeciendo las palabras.

Las imágenes de las violaciones están tratadas con cierta elegancia, aunque son demasiado repetitivas. La narrativa combina la imagen real y la de los hechos pasados como si ambos se fundieran en un solo tiempo. Está muy conseguida esta originalidad que te hace centrar mucho en cada personaje y sus sentimientos. Aunque, a pesar de las grandes interpretaciones de los protagonistas, no se consigue llegar al corazón del público.

El guion está muy bien perfilado, así como la puesta en escena y las imágenes que cuidan los detalles, muy típico de la cinematografía inglesa.

Hay que tener en cuenta la crudeza del vocabulario en el juicio y de las imágenes de las violaciones. Por tanto, Anatomía de un escándalo es un relato que busca la audiencia adulta.

Firma: Rosa María Aguilar

ficha técnica

Género: Miniserie

Subgénero: Drama

Año: 2022

Cadena: Netflix

Intérpretes: Ben Radcliffe, Jonathan Coy, Josette Simon, Michelle Dockery, Naomi Scott, Rupert Friend, Sienna Miller

Presentador: -

Público

+18 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

James Whitehouse, un carismático político de Westminster es acusado de violación. Este hecho pone patas arriba su mundo y su matrimonio. Sophie, su esposa, está convencida de la inocencia de James y pone todo su esfuerzo por estar a su lado y darle todo su apoyo mediático.

En el otro lado, Kate es la fiscal contratada para el caso. Es una mujer educada, ambiciosa y convencida de que James es culpable. Kate está decidida a hacer que James pague por ello.

La serie muestra así los dos lados de un juicio que nos siembra la duda: ¿James es culpable, o no?

Título original: Anatomy of a Scandal

Creador: David E. Kelley, Melissa James Gibson

Director: S.J. Clarkson

Guión: David E. Kelley, Melissa James Gibson

Productora: Netflix

Duración: 45'

País: EE.UU., Reino Unido

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