Almost paradise

Nada destaca en esta ficción protagonizada por Christian Kane, a quien ya vimos en Las reglas de juego con un rol similar. No obstante, en esta ocasión se le adjudica el papel protagonista.

Walker es un tipo irascible que tiene problemas para llevar con calma los contratiempos cotidianos y, sin embargo, los episodios realmente peligrosos los sortea con el aplomo de una estatua de mármol. Esta personalidad contradictoria es la que tiñe de humor una trama, por lo demás, demasiado inverosímil.

Si nos vamos al “casi paraíso” de Walker es simplemente por presenciar bonitos paisajes, historias descaradamente torpes y ligeras y una dosis justificada de acción, patadas y persecuciones.

También se intuye el drama y se sospecha el romance, pero ninguna de las dos cosas acaban de funcionar. Tampoco importa mucho porque lo que debemos esperar de Almost paradise es lo único que puede dar: aventuras imposibles en un entorno paradisíaco y donde el final está siempre a favor de “los buenos”.

Solo cabe censurar a sus creadores por incluir en el guion esos desfiles de Kai Mendoza en ropa de baño (escasa, en general), un reclamo más propio de la década ochentera que de la actual.

Firma: Mar Pons