Heredera de algunas locuras del largometraje original, esta serie se adapta a los tiempo que corren y se cocina con ternura y buenos deseos.
Una de las películas más locas de Disney, Alicia en el País de las Maravillas (1951), da pie a esta animación que, en comparación, pierde excentricidad pero conserva cierto encanto. Aquí, la protagonista es bisnieta de la famosa niña que creó Lewis Carroll para sus novelas. Tras numerosas adaptaciones de estas aventuras, llega a la plataforma Alicia en su maravillosa pastelería para repartir dulzura con sus recetas y sus personajes.
La cocina de Alicia es el lugar en el que se reúnen los ingredientes básicos de esta producción: amistad, diversión, confianza, trabajo, música, imaginación y una pizca de magia. Con estos elementos, cada episodio despliega mimo en sus protagonistas y hacia la pequeña audiencia.
En un escenario plagado de corazones, lazos y objetos animados, la técnica cuida el más mínimo detalle y aspira a reflejar algo que Tim Burton magnificó en su largometraje: el color, la irregularidad y la asimetría. Su creadora, Chelsea Beyl (Vampírina, Doctora juguetes) conserva algo del País de las Maravillas original pero lo suaviza, lo rellena de colores pastel y lo sirve espolvoreado de azúcar glas.
Así, a partir de una receta pastelera y algún que otro contratiempo, sus guionistas saben aprovechar el inmenso material del que disponen. Y, para la ocasión, recuperan al enigmático gato Cheshire, a la Reina de Corazones (mucho menos malhumorada), al Sombrerero Loco, al conejo Fergie, a los gemelos Tweedle e, incluso, al ejército de naipes, a los flamencos y a los erizos.
Con un tono del todo infantil, la serie se dirige a una generación que desconoce los orígenes de su protagonistas. No obstante, esto no supone ninguna dificultad y, sin embargo, los adultos sabrán descubrir los guiños y alguna simpática doble lectura. Así pues, Alicia en su maravillosa pastelería se convierte en una opción más que válida para pequeños espectadores. A pesar de que, a veces, sea almibarada en exceso y poco original en su arquitectura.
Firma: Mar Pons
Alicia ha heredado el libro de recetas de su bisabuela y, ahora, regenta una pastelería en el País de la Maravillas. Acompañada por el conejo Fergie, Sombrerito y la Princesa de Corazones, ¿habrá algo que no consigan cuando trabajan juntos?