A.rtificial I.mmortality

Durante casi una hora, A.rtificial I.mmortality recoge la visión de diversas personas relacionadas de algún modo con la evolución tecnológica inteligente, la IA. La excusa es el interés de la propia protagonista en descubrir si, algún día, el ser humano trascenderá a través de los robots y podrá “vivir para siempre”.

La chispa que enciende este viaje de Ann Shin es la enfermedad senil de su padre y su rápido deterioro cognitivo. Para Shin sería importante recuperar los recuerdos de su progenitor y poder compartir experiencias y conversaciones con sentido, pero ya es tarde. Por ese motivo, se embarca en la aventura de construir un avatar de sí misma, a quien dota de información, imágenes, recuerdos e, incluso, de su misma fisionomía y gestualidad.

A través de este proyecto, la directora se cuestiona sobre las posibilidades de la ciencia y del desarrollo tecnológico. A la vez, su audiencia puede recorrer el mismo camino y sacar sus propias conclusiones. El tono aparentemente imparcial del guión permite que las preguntas que lanza Shin no encuentren una respuesta definitiva en este documental. Además, es reconocible un esfuerzo por presentar diferentes posturas, opiniones y descubrimientos que no se cierran con afirmaciones inamovibles.

Lo más destacado de este espacio es el amplio abanico de temas que aborda y el inacabable debate que se puede suscitar. Lo que sí queda patente es que el mundo que plantea queda lejos de nuestro alcance. En primer lugar porque es necesario disponer de muchos recursos económicos y, en segundo lugar, porque por muy inteligentes que nos creamos, tal como afirma uno de los protagonistas “el ser humano no es Dios”.

Firma: Mar Pons