En 2001 aparecieron unas muñecas, las Bratz, cuyo principal reclamo era su vestimenta, supuestamente a la última moda. Estas imberbes fashion-victims vieron la luz en televisión cuatro años después, con nuevas críticas, bastante fundadas, al estilo sexy de sus formas y ropas. La moda de neobarbies infantiles continuó en pleno siglo XXI. Mattel dio la réplica a MGA y en 2010 dio el campanazo con las Monster High, unas muñecas de estirpe más afilada y sobre todo gótica que, a través de una inteligente campaña de marketing, pasaron a la televisión sus episodios producidos para web.
MGA reaccionó y sacó a la luz las primas de las Bratz que, aunque concebidas en 2005, no nacieron en las fábricas hasta 2012. Su vida en sociedad, como la de otros productos similares, conlleva webepisodes, ahora emitidos también en televisión, mucho merchandising y una carrera asfixiante por bombardear con más insistencia a los jóvenes consumidores.
De hecho, la duración de los episodios de las Bratzillaz es de unos tres minutos, pero la cadena se encarga de enlazarlos directamente con un spot de las muñecas, en una estrategia legal pero de visión muy mercantil de la ficción para niños. Así pues, es bastante difícil separar la serie del producto, dado que a lo largo los tres minutos de emisión apenas se presenta un conflicto, ni mucho un conflicto menos dramáticamente interesante o mínimanente instructivo o inteligente.
Bajo el lema de “Glam gest wicked” (algo así como el “Glamour embrujado”), cada episodio se convierte, en sí mismo, en un largo anuncio de las muñecas. Estas brujas semiurbanas entran en una academia de magia, que poco tiene que ver con el universo más estudiantil de Harry Potter (del que copian las clases, los profesores y algunos otros aspectos). Es más, el contexto es exclusivamente el mundo de los embrujos, sin un propósito especialmente altruista, y rodeado de actividades relacionadas con la moda y el aspecto externo. A modo de anécdota significativa, la coach de las protagonistas está dibujada con los trazos de la conocida Anne Wintour.
Por supuesto, en ese entorno jamás aparecen sus familias y los vínculos que se establecen con los demás no tienen más fundamento que quedar bien, disfrutar en eventos sociales, chatear con éxito con chicos y otros propósitos de miras bastante frívolas y superficiales.
En esta línea, poco puede esperarse de una animación plana en sus fondos y que juega tan sólo con el movimiento rectilíneo de las figuras. En realidad, las Bratzillaz serían la evolución más perversa de las ingenuas y pueriles muñecas recortables, a las que podías cambiar sus infantiles ropas como mayor entretenimiento.
Es una asignatura pendiente, sobre todo de la mujer contemporánea, el consentir y promover este tipo de juguetes (y derivados audiovisuales) que sexualizan precozmente la figura femenina (y de manera más ocasional la masculina), perpetúan la exclusiva valoración del mal llamado sexo débil por su aspecto externo y su capacidad de gustar al contrario, y cierran la imaginación del niño/a hacia un universo más rico y poblado de referentes culturales.
Firma: Lourdes Domingo
Género: Serie
Subgénero: Animación, Fantástico
Año: 2012
Cadena: Disney Channel
Intérpretes: -
Presentador: -
Cuatro adolescentes, Yasmina, Meygana, Jade y Sashabella, son convocadas, a través de un misterioso e-mail, y se reúnen en la Academia Bratzillaz de Moda y Magia para descubrir que, en realidad, son brujas con poderes mágicos.
Título original: Bratzillaz
Creador: -
Director: -
Guión: -
Productora: Webepisodes
Duración: 3'
País: EE.UU.
Programación: Ds/Dg - 14:25 h./20:25 h.