Muchos videojuegos han ganado popularidad gracias a que son gratuitos. ¿Puede tener algún peligro un título sin coste alguno? Para empezar, diremos que los juegos free-to-play son aquellos que no requieren un pago inicial, suelen ocupar poca memoria y pertenecen a lo que solemos definir como estilo casual –ideal para partidas cortas y esporádicas-. A priori, todo ventajas, ¿no os parece?
Sin embargo, lo cierto es que no tanto. El negocio para las compañías de este tipo de juegos reside en algo más que en enseñarnos esos molestos anuncios cada cierto tiempo. Al fin y al cabo, por muy incómodos que resulten, no dejan de ser anecdóticos. Su verdadera fuente de ingresos reside en los llamados micro-pagos.
Pero, ¿por qué pueden resultar tan peligrosos?
Por un lado, porque son la consecuencia directa de la adicción. Es difícil que vayamos a pagar por un extra de un juego si no estamos mínimamente enganchados a este. Para empezar, el modelo gratuito permite adentrarnos en el universo del juego sin restricciones claras. De este modo, podemos desbloquear todo su contendido a medida que jugamos. Sin embargo, esto requiere de pericia y de muchas horas. Sin ir más lejos, desbloquear a Mirage y Caustic en Apex Legends requerirá que juguemos un mínimo de ¡10 horas! por personaje (o lo que tardemos en conseguir los 12.000 tokens que cuestan cada uno)… También tenemos, eso sí, la opción de pasar por caja por menos de 10 euros (cuestan 750 monedas de juego y comprar 1.000 nos sale a 9,99).
Desbloquear algunos personajes de Apex Legends nos llevará unas 10 horas por cada uno… o 10 euros…
Hasta aquí, podemos encontrarle explicación. Pero, los micro-pagos no solo nos sirven para desbloquear características extra del juego sino para obtener skins, personalizaciones y demás artilugios con los que hacer único a nuestro personaje. Esta es la gran tendencia del momento. A simple vista, nos podría parecer ridículo gastar dinero en esto, pero es el verdadero reclamo para miles de jóvenes que pretenden hacer a su personaje distinto de los demás. En una comunidad online de 60 millones de jugadores, querer que nuestro personaje –que también usarán otras miles de personas- sea único puede ser “comprensible”.
Veamos un ejemplo actual. Hace escasos días llegaba el primer pase de temporada de Apex Legends. Parcialmente gratuito –con una leyenda nueva sin pasar por caja-, el precio en su vertiente de pago es de 950 monedas del juego (unos 9,50). A cambio conseguimos tres skins de leyenda desde el principio: aspecto revolucionario de Lifeline, aspecto superviviente de Waraith y el de Forajido de Mirage. Pero todavía hay una opción más completa. Por unos 28 euros podemos subir automáticamente 25 de los 100 niveles que tiene este pase de batalla. Como podéis ver, un caramelo en el patio de un recreo.
Otro modelo de contenido de pago es lo que conocemos como DLC (Digital Downloadable Content) y lo incluyen muchos juegos que no son gratuitos. Es decir, pagamos por poder acceder al 100% de un juego que, de entrada, nos ha costado unos 70 euros. Injusto a la vez que surrealista. Pero lo cierto es que, cada vez con mayor asiduidad, las compañías añaden contenidos de pago que no solo personalizan a los personajes, sino que completan la historia principal. Esto puede justificar más su compra, es cierto, pero irrita tremendamente a los jugadores que queremos conocer un argumento al completo. Casos como el cuarto acto de Sombras de Guerra trajeron cola. Lo mismo ocurre con los personajes desbloqueables de Dragon Ball FighterZ. Y es que, si queremos controlarlos todos deberemos desembolsar, además del precio del juego, unos 75 euros extra (unos 35 euros por el primer pase de temporada, 25 euros por el segundo y unos 15 euros por la banda sonora original de la serie). En resumen, para disfrutarlo al 100% nos debemos dejar más de 120 euros. Sencillamente, una broma de mal gusto.
¿Os imagináis ir al cine y no poder ver una escena importante si no pagáis un extra? Eso pasa en juegos como Dragon Ball FighterZ. Si no pagamos, no podremos jugar con personajes como Vegetto, Zamasu, Broly o Jiren.
Por último, un tercer caso, es el de los juegos Pay-to-win. En esta categoría entran tanto juegos gratuitos como de pago. Hemos hecho ligera referencia anteriormente. Esta modalidad nos permite reducir el tiempo de juego para conseguir niveles más altos en nuestros personajes. Hablábamos de Apex Legends, pero no podemos olvidar casos como el de NBA 2K19 o Fifa 19. En el primero, subir el nivel de nuestro jugador nos costará una inversión de tiempo increíble y, pese a ello, no superaremos el nivel 80-82. Así que, si queremos tener un crack en la pista, no nos queda otra que pasar por el aro. Los Fifa Points tienen un efecto similar, sobre todo en la modalidad Ultimate Team. ¿Queremos sobres Oro Premium para conseguir los mejores jugadores, contratos o estados físicos? Ya sabemos qué tenemos que hacer. Pagamos o jugamos infinidad de partidos. Y creednos, las tarjetas de los Fifa Points vuelan en las tiendas.
En resumen, los micro-pagos están presentes en casi todos los juegos. Ya sea mediante una fórmula free-to-play, DLC o pay-to-win, lo cierto es que incitan a que gastemos por jugar. Tener suficiente autocontrol para no caer en la trampa no es sencillo, principalmente porque normalmente nos piden cantidades relativamente pequeñas. El problema es que, cuando empezamos a gastar, ya no paramos. ¿Alguien dijo negocio?