Muchas dudas. Educar en el uso correcto de la tecnología.

Es frecuente que lleguen a nuestra redacción diversas preguntas de padres y madres sobre cuál debe ser su actuación en relación con la tecnología. También los profesores de la Fundación Aprender a Mirar escuchan con frecuencia esas preguntas: ¿cuándo le debería comprar el móvil? Pero ¿cómo puedo evitar el peligro de la adicción? ¿No es mejor retrasar la llegada de las pantallas a la vida de los hijos?

¿Motivos de alarma?

Parece que los padres nos relacionamos con la tecnología con mayor desconfianza que los hijos, porque somos capaces de entender mejor que los jóvenes que la tecnología está llena de riesgos, de posibles malos usos, que genera dependencia y que nos puede acercar hacia el desastroso entorno de las adicciones.

Por eso, es lógico nuestro temor y es natural que nos preocupe saber si es fácil o difícil educar a los niños en un uso correcto. En este sentido, lo cierto es que es más frecuente escuchar o leer noticias negativas en los medios, algunas muy preocupantes, sobre la adicción de los adolescentes, sobre su mayor grado de infelicidad por culpa de la tecnología, sobre el crecimiento de las solicitudes de terapia por la dependencia, etc. No obstante, junto a tantos temores, los padres pensamos que no podemos “exagerar” y debemos autocensurarnos y vigilar cuidadosamente nuestras palabras, no vaya a ser que nuestros hijos nos tachen de anticuados, pesimistas o carcas.

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Los mayores también

Al mismo tiempo, y como si fuera el colofón de un mundo lleno de contradicciones, descubrimos en nosotros mismos cierta felicidad, por ejemplo, al enviar mensajes y recibirlos o en la experiencia de ver varios capítulos seguidos de una serie; y también percibimos cierto enfado si nos olvidamos el móvil o si no nos responden rápidamente por mensajería instantánea.

Y, al vernos sujetos a las mismas pequeñas o grandes debilidades que vemos en nuestros hijos, nos empezamos a convencer de que la vida es así, de que la tecnología ha llegado para quedarse, y de que se puede hacer poco en lo que respecta a la educación de nuestros hijos.

“Vivir los riesgos y oportunidades de la tecnología en nuestras propias carnes es, sin duda, muy positivo y eficaz para afrontar con empatía la educación de los hijos e hijas en este terreno”.

Estamos para acompañarte

En esta línea, atender las consultas y preocupaciones de madres, padres y educadores en general es una de las finalidades de esta revista, en el marco del Programa de Educación Audiovisual de Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales.

Por eso, aprovechando que la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas se ha dirigido a FAAM para pedirle ayuda en la investigación de las adicciones comportamentales (también llamadas adicciones sin sustancia, y entre las que se encuentran la ya reconocida adicción a los videojuegos), hemos empezado a preguntar a muchos expertos sobre todos estos temas.

La primera a la que preguntamos fue a la propia Delegada del Gobierno en el PNSD: ¿Cuál es el primer consejo que usted daría a los padres y madres preocupadas por algunas de las denominadas tecnoadicciones? La breve y directa respuesta de Azucena Martí nos llamó la atención: “Es importantísimo educar con nuestro ejemplo. Si quieres que tus hijos se desconecten de las pantallas, desconéctate tú también”. Era como si nos hubiera dicho: si queréis ayudar en la educación, empezad por el principio. Lo primero es el ejemplo de los padres.

Tras esta primera afirmación tan oportuna y tan principal, todo lo demás ha ido surgiendo con gran facilidad. Por supuesto que debemos educar a nuestros hijos. Por supuesto que hay que enfocar estos temas con optimismo. Por supuesto que podemos contrarrestar la acción de los manipuladores o de las hormonas desbocadas y podemos educar, y educar bien en el uso correcto de la tecnología. ¡Podemos y debemos hacerlo! Todavía deberíamos afirmarlo con mayor rotundidad: es necesario, imprescindible, saber o aprender a educar a los hijos en el uso correcto de la tecnología.

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Pero ¿sabemos?

Un breve e inesperado sudor frío recorre nuestra frente: ¿sabremos hacerlo? ¿Es fácil? ¿Cómo conseguiremos que nuestros hijos no caigan en la adicción? ¿Es mejor poner tierra de por medio? ¿Podremos conseguir que la tecnología no les haga perder las riendas de su comportamiento? ¿Podremos conseguir nosotros mismos que la tecnología no nos haga perder las riendas? En fin. Que casi estamos como al principio… Bueno exactamente como al principio, no porque ahora sabemos que lo primero es dar buen ejemplo. Ese principio habrá que recordarlo con frecuencia.

Ahora debemos trasladar algunas de las cosa que hemos ido aprendiendo en nuestra investigación. ¿Qué más dicen los expertos? Pues los expertos afirman que los padres estamos mucho más preparados de lo que creemos. Dicen que si sabemos educar en la buena alimentación, el esfuerzo, la prudencia, la fortaleza, tenemos mucho ganado porque se trata del mismo recorrido. De todo ello hace falta un poco.

Para reforzar y completar lo que ya sabemos padres y educadores, está el trabajo y la formación que imparte Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores. Bajo el lema de Mejor acompañados, FAAM te propone diversas y fáciles herramientas para no estar solo en esta tarea apasionante de hacer crecer a los menores mientras usan bien la tecnología.

Firma: Domingo Malmierca