Jóvenes. Hablamos de hipersexualización en las redes sociales

El pasado mes de diciembre, desde la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales, bajo el lema Live Your Real Life, organizó una jornada dirigida a adolescentes de quince y dieciséis años para reflexionar sobre la hipersexualización en las redes sociales.

Para ello contamos con la colaboración de distintos expertos en marketing, asesoría de imagen, psicología, periodismo y comunicación, que expusieron un análisis de las tendencias que marcan las redes sociales. Junto a ellos, cuatro jóvenes compartieron sus experiencias sobre cómo efectuar una influencia real, que fomente nuestra autoestima y la de los demás.

El acto empezó con un par de preguntas a los asistentes sobre tecnología y redes sociales. De los 120 participantes en la jornada, solamente uno – y por decisión de sus padres – no tenía móvil. Tres cuartas partes de los alumnos conocía a alguien que hubiese practicado sexting. Todos los niños pensaban que sus padres estaban igual de enganchados que ellos al móvil. Estas respuestas de los jóvenes sirvieron para evidenciar la actualidad de este tema y, tras ellas, dieron comienzo las intervenciones.

Dada la relevancia de lo que se contó, exponemos lo más esencial y destacable y os dejamos el vídeo resumen de la jornada.

Artículo Hipersexualización en las redes sociales

Una sociedad hipersexualizada

Nos encontramos en una sociedad en la que los atributos sexuales de la persona se resaltan por encima de cualquier otro. No hay más que fijarse en la normalización del sex-marketing. Sin embargo, no se trata solo de algo específico del campo de la publicidad, sino que también se manifiesta en nuestro modo de actuar, hablar, vestir, relacionarnos, etc.

La hipersexualización se ha convertido en un mecanismo para lograr la aceptación. En el ambiente juvenil, especialmente, reina la presión por el like (clásicamente afectaba más a las chicas, aunque en los últimos años se está igualando entre adolescentes de ambos sexos). Esto se puede ver reflejado en los perfiles de Instagram y otras redes sociales, en los cuales se recurre a ropa o posturas provocativas para recibir más likes y comentarios, en lugar de centrarse en los mensajes o reflexiones asociados a las imágenes.

En la pantalla, se ha normalizado el dar importancia al sexo por encima de cualquier otra característica de la persona. Es el caso de series como Élite, que se analizó en la jornada, donde vemos relaciones que no son de amor. Pero tampoco son de odio, que es lo que solemos considerar como opuesto al amor. Básicamente son de uso: en esta serie, como en otras, se cosifica a las personas, se las trata como objetos, especialmente a las chicas. Estas actitudes generan imitación entre los adolescentes pues blanquea la desazón que genera un trato así.

Autoestima e imagen personal

Durante la adolescencia tendemos a intentar no destacar. Queremos ser iguales a los demás, llevar la misma ropa que ellos y parecernos a unos estereotipos concretos. Esta obsesión, con el paso de los años, va disminuyendo. Cuando uno empieza a madurar descubre que lo bello es lo propio, aquello que nos diferencia y nos hace únicos.

Sin embargo en estos años en que la autoestima depende de lo que piensan los demás, se sufre mucha ansiedad por perseguir una perfección que es inalcanzable, porque sencillamente no existe. En estos momentos, es importante que nos recuerden que la belleza física no es un valor, pues depende del azar. En cambio, sí depende de nosotros ser esforzados o buena persona, y estos son los aspectos que verdaderamente sí tienen importancia. Por esta razón, los ponentes de las jornadas nos lanzaron el reto de “aprender a no gustar”: que nos dé igual lo que piensen de nosotros y cuidar nuestra imagen personal, principalmente, porque reconocemos lo valiosos que somos.

El papel del cerebro

Hay que tener en cuenta también el rol que juega nuestro cerebro en este campo. El ser humano es la especie animal con el período de maduración cerebral más largo, pues dicho órgano crece hasta los 28 años. Mientras está en construcción es muy plástico y, por tanto, muy vulnerable. Nos afecta la alimentación, el sueño, las exigencias del ambiente, las relaciones que establecemos, el consumo de sustancias tóxicas… Por eso, las pantallas son grandes condicionadores de los jóvenes ya que la interacción con ellas se relaciona directamente con el cerebro y todo lo anterior.

La pornografía y las nuevas generaciones

“Pornonativa” es uno de los términos con el que se define a las nuevas generaciones. Desde la misma industria pornográfica, se intenta crear una imagen atractiva dirigida a los adolescentes – por esta razón se habla de “porno ético” o “porno feminista” –. No obstante este “lavado de cara” no oculta lo que hay detrás: abuso, maltrato y cosificación de las personas.

Una de las causas por la que la pornografía atrae a los adolescentes es porque el sexo no es un tema que se suela tratar en casa, y los jóvenes buscan respuestas en internet. Lo que quedó claro es que, por parte de los estudiantes, se necesita un foro donde hablar de estas cuestiones y que no sea online. Los alumnos que, verdaderamente, no quieren ser manipulados buscan referencias en personas que sepan del tema.

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Los verdaderos influencers

La jornada acabó con una actuación de magia. A través del ilusionismo, un mago explicó que todos somos influencers, no solo quienes tienen millones de seguidores en Instagram. Nuestros actos, modo de ser y comentarios influyen siempre (para bien o para mal) en la gente de nuestro alrededor, aunque esta no sea nuestra intención.

Con sus distintos trucos evidenció que todo lo que vemos en internet no es siempre real, es tan solo la parte que el propietario de la cuenta quiere mostrar. Y esto también puede pasarnos a nosotros. Cuando en las redes sociales no nos mostramos íntegros, solo esa faceta que sabemos que va a gustar, “hacemos pedazos” nuestra identidad.

Por tanto, vayamos con cuidado, no nos perdamos la vida real intentando crear una ficticia por gustar a los demás. Es cierto que el ser humano es un ser sociable, (más que eso, ultra sociable, en palabras de una de las ponentes), y usar sin estrategia las redes sociales perjudican esa sociabilidad.

Gracias al ejemplo de los jóvenes ponentes, los asistentes comprendimos que online también hay muchas cosas positivas. Nos han contado sus historias, animándonos a invertir tiempo de uso de internet en buscar contenido que nos haga crecer. De este modo, aprovechando cada uno sus talentos y oportunidades, llegaremos a ser verdaderos influencers, de esos que ponen su granito de arena por un mundo mejor.

Firma: Júlia Nafría