Polanski tropieza con su última película. Una sátira exagerada y sin humor que desilusiona a los seguidores.
Polanski tropieza con su última película. Una sátira exagerada y sin humor que desilusiona a los seguidores.
“Quiero que los mares se llenen con seres vivos. Así creó Dios los grandes monstruos marinos.” Y el hombre dejó volar la imaginación…
La adaptación del relato de ajedrez de Stefan Zweig funciona perfectamente durante la primera mitad, pero pierde fuerza en su segunda parte. Aún así, mantiene el interés y despierta ilusión por leer la novela.
La adaptación de la novela de Judith Kerr lleva a la gran pantalla otro relato del nazismo, pero desde un punto de vista infantil, optimista y despreocupado. Una cinta alegre con una fotografía bonita y una protagonista sobresaliente.
Sin necesidad de monstruos ni grandes efectos visuales, esta ciencia ficción alemana consigue crear un intenso y complejo puzzle que nos atrapará en el espacio-tiempo.
Una obra llena de sentimentalismos, personajes unidireccionales y un discurso muy lastrado acerca de la identidad del arte. Pese a ello, se muestra a un artista que busca capturar lo que le envuelve para la posteridad.