Carlos Vermut arriesga presentando esta propuesta para que el espectador trate de empatizar con los monstruos con los que no sabe que convive. Monstruos que también tienen la necesidad de amar y de ser amados.
Carlos Vermut arriesga presentando esta propuesta para que el espectador trate de empatizar con los monstruos con los que no sabe que convive. Monstruos que también tienen la necesidad de amar y de ser amados.
La ópera prima de Pedro Collantes funciona bien como reflexión sobre la vida de una actriz que se abre paso en lo personal y profesional. Con cámara serena, la trama pierde frescura en algunos momentos.
Sánchez Arévalo retorna con una drama social y humano combinado con un sano sentido del humor. Los vínculos familiares se presentan como la salvaguarda de unos protagonistas excelentemente interpretados.