
Aunque el largometraje de Javier Veiga pretende ser una oda a la vida y a la amistad, resulta en una cinta ligera con personajes egoístas y una historia incoherente que no deja buen sabor de boca.
Aunque el largometraje de Javier Veiga pretende ser una oda a la vida y a la amistad, resulta en una cinta ligera con personajes egoístas y una historia incoherente que no deja buen sabor de boca.
De Caperucita a loba es una disparatada comedia que retrata situaciones humillantes que se viven en las relaciones amorosas para enseñar a reírse de uno mismo. Sin embargo, en su conjunto, no acaba de funcionar.
Una comedia romántica trazada con los detalles estéticos precisos para triunfar, con una loable mirada hacia la trascendencia de uno mismo en los hijos, pero limitada por los efectos que los excesos de minutos provocan en el tono del guion.