El largometraje de Gilles Legardinier es un relato conmovedor y divertido cuyo objetivo es hacer sentir bien al espectador. Con un elenco veterano y una historia de malentendidos, logra su cometido.
El largometraje de Gilles Legardinier es un relato conmovedor y divertido cuyo objetivo es hacer sentir bien al espectador. Con un elenco veterano y una historia de malentendidos, logra su cometido.
Con una gran sutileza el el director belga aborda la intimidad personal sin caer en tópicos complejos. La cámara sigue a los protagonistas para trasmitir al espectador todos sus sentimientos.
Película que, a partir de la guerra, se adentra en un terreno entre bello y onírico, para hacer un canto expresivo en contra de los conflictos bélicos.
El conjunto de teorizaciones es más intelectual de lo que parece y más inclinado hacia uno de los dos polos: sencillez-pedantería, peluquera de pueblo-filósofo parisino.