Un drama francés que atrapa a cualquiera. Con unas premisas peculiares, obliga al espectador a reflexionar sobre los límites del ser humano y hasta dónde puede llevarle la desesperación.
La necesidad de echar a los hijos de casa para recuperar la rutina matrimonial desencadena una serie de situaciones divertidas que hacen pasar un buen rato. Además, cuenta con una duración ajustada y un buen trabajo del elenco.
Una atractiva película que logra combinar tragedia y humor con fuerza y consistencia, gracias también a un personaje protagonista que vivifica una historia con muchos flecos de interés humano.
Chocolat es feliz trabajando en un circo ambulante donde imita a un caníbal africano y enamora a la bella Camille. Pero toda su vida cambiará […]
La pintoresca Amélie creció en Bélgica, pero a los 20 años vuelve a Japón, país donde nació y al que quiere pertenecer. Ofrece clases de […]