La tercera comedia de Los Compadres pierde más sutileza y calidad, a favor de una acumulación de toscas escenas que parodian y no hacen reír. Quizá pasa factura el confiar demasiado en su fórmula.
La tercera comedia de Los Compadres pierde más sutileza y calidad, a favor de una acumulación de toscas escenas que parodian y no hacen reír. Quizá pasa factura el confiar demasiado en su fórmula.
Graciosa aunque regular comedia de humor negro. Alfonso Sánchez y Ana Graciani relatan la historia de un opositor que se entera de que no le pertenece la plaza de funcionario que le habían otorgado.
Nueva comedia de “Los Compadres” en la que pierden sutileza y calidad, a favor de bullicio y aceleración.