Triste despedida de una historia que se cierra a lo excepcional y deja un sentimiento agridulce.
Triste despedida de una historia que se cierra a lo excepcional y deja un sentimiento agridulce.
Sally Wainwright firma lo que podría haber sido una gran serie familiar de fantasía e historia pero que al final queda deslucida por la decadencia de su narrativa.
Ripley es un relato en ocho capítulos para disfrutar de un guion inteligente y unas maravillosas interpretaciones. Sin embargo, hacen falta aguante y estómago.
A veces, la justicia humana no es siempre justa. Otras, no es suficiente. La muerte y la enfermedad conviven con el sufrimiento de los personajes en este drama solvente que atrapa a pesar de todo.
Ambientada –una vez más– en una desaparición adolescente, Refugio es un intento fallido de apostar por los adolescentes. Lo que empezaba como un sencillo drama juvenil pronto adquiere un tono más oscuro.
Un exponente de las prioridades actuales: adoctrinamiento, ideologías y una desorbitada importancia a los edictos del corazón.
Basada en un suceso real, esta producción tailandesa consigue atraer toda nuestra atención e implicarnos de lleno en una trama que trata una toma de decisiones verdaderamente complicada.
Un drama francés que atrapa a cualquiera. Con unas premisas peculiares, obliga al espectador a reflexionar sobre los límites del ser humano y hasta dónde puede llevarle la desesperación.
Digna sucesora de Hierro, Rapa mantiene los estándares de calidad, tensión, interés y humanidad que su antecesora.
Un título para nostálgicos, plagado de violencia, humor fácil y clichés. Se deja ver, pero no aporta nada más allá de entretenimiento fácil y desengrasante.