
Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Aunque parece original, Prisioneros de Ghostland no es más que una vuelta de tuerca a varios géneros conocidos sin lógica en su guion. Algunos aciertos visuales alegran al espectador, pero acaban sin conducir a nada.
Un retrato inmersivo de la Semana Santa de Sevilla, respaldado por unas imágenes acompañadas con una grandilocuente banda sonora y un sobrio diseño de sonido. Sin embargo, no alcanza a despertar suficiente interés y se torna repetitivo.
Isabelle Huppert y Reda Kateb son los carismáticos protagonistas de un thriller político con denuncia social. El film logra despertar interés por cuestiones filosóficas alrededor de la integridad, la ambición y la labor pública.
Daniel Craig protagoniza una secuela que ha perdido la frescura, los giros sorprendentes y los chistes agudos de la historia original. A pesar de ello, el largometraje es un thriller divertido que se disfruta igualmente.
Este drama inglés de época con giros excesivamente sensuales tiene varios aciertos, pero un guion fallido. Aunque las interpretaciones y la fotografía son fascinantes, los personajes y la historia dejan bastante que desear.
Piedra noche aborda el duelo por la pérdida de un familiar de manera original, mezclando drama y fantasía. A pesar de ello, el resultado del conjunto final es lento, repetitivo y, por momentos, ligeramente inverosímil.
La familia García vuelve para contarnos sus aventuras navideñas con la pequeña Cris, el novio de Sara y el padre de Marisa, “el abuelo”, en la casa. La diversión está servida.
Basada en hechos reales, Pájaros enjaulados nos transporta a los años de rebelión y opresión suizos. Destaca por sus grandes interpretaciones, pero con un guion insulso que no logra mantener el interés.
La ópera prima de Michael Sarnoski no es la película de venganza que puede parecer. Al contrario, sorprende por su seriedad, su emotividad y la profundidad del tema que refleja. Nicolas Cage despunta con su actuación.
Si Poker face se hubiera promocionado de otra manera, seguramente hubiera sido menos decepcionante para el público. Aunque Rusell Crowe es mejor actor que director, se puede disfrutar de su film de amigos jugadores de poker.