Este documental de Álvaro Longoria deja a un lado el dramatismo y aporta una mirada positiva llena de ilusión y afecto enternecedor. Además, integra efectos propios de un videojuego acordes a la temática.
Este documental de Álvaro Longoria deja a un lado el dramatismo y aporta una mirada positiva llena de ilusión y afecto enternecedor. Además, integra efectos propios de un videojuego acordes a la temática.
El cine de Paul Thomas Anderson regresa con viraje hacia lo aparentemente trivial para mostrar algo que no lo es: cómo cada época contiene sus transformaciones y sus jóvenes susceptibles al amor y a forjarse una identidad.
Crudo y árido western sobre la masacre que hubo a principios del siglo XX en Chile a manos de los colonos. Nos regala imágenes bellas, pero es una película lenta, errática y dura a partes iguales.
Una adaptación totalmente innecesaria que se regodea en escenas de violencia gratuita y se llena de unos diálogos vacíos, insulsos y agotadoramente vulgares. Ni el solvente dúo protagónico puede salvar al conjunto.
El accidente que vivió la familia Bloom y les obligó a cambiar de estilo de vida conforma una película inspiradora y amable. Tiene buen ritmo, escenas magnéticas, grandes interpretaciones y una fotografía pintoresca.
Documental cargado de referencias cinematográficas y personalidades de la industria que permiten comprender una figura de alguien tan esencial para el cine español como Fernando Méndez-Leite.
Pese a que los efectos especiales están logrados y consiguen una buena ambientación, la trama de la típica muñeca poseída es repetitiva y predecible. Además, algunas actuaciones carecen de credibilidad.
Imperdible documental que investiga la desaparición de la joven bailaora sorda Antonia Singla, quien inexplicablemente suspendió su prometedora carrera justo cuando estaba en la cresta de la ola.
Los Fabelman tiene una estética agradable y desprende gran cariño por el séptimo arte. De todas maneras, su dulzura quizá es excesiva y resulta en pequeñas incoherencias de guion, que restan fuerza al mensaje.
Manolo Solo y Laia Manzanares llevan todo el peso de una película desagradable, oscura y perturbadora sobre el grooming. Aunque la ejecución es acertada, desconcierta y deja un sabor amargo.