Ambientada en la época nazi, esta película se centra en las dinámicas entre un grupo de niños que huyen de casa. Con un gran elenco y unos paisajes maravillosos, la historia resulta amable e inocente.
Ambientada en la época nazi, esta película se centra en las dinámicas entre un grupo de niños que huyen de casa. Con un gran elenco y unos paisajes maravillosos, la historia resulta amable e inocente.
Erice estrena su cuarto largometraje treinta años después de El sol del membrillo. A sus ochenta y tres, el cineasta vasco vuelve en plena forma, con su personal estilo autoral en una película sobre la memoria y la identidad.
Una propuesta donde el humor transita comedidamente por lo que, en el fondo, es un drama familiar. Roces, secretos y acusaciones que nos hacen pensar, entre muchas cosas, en nuestros vínculos maternos.
Cata de vinos es una película sencilla, pausada y con buenos protagonistas. Con delicados toques de humor, busca retratar el inicio de una relación romántica y las dificultades para aceptar las diferencias.
Ágil documental al ritmo de la batuta de algunos de los grandes baterías contemporáneos o del pasado reciente que permite disfrutar de un rato agradable. Es dinámico y, como era de esperar, musical.
La utopía que pretende vivir una familia de Beirut articula un drama doméstico alrededor de una crisis ecológica. Su mayor virtud es la naturalidad de su elenco y el encanto con el que están construidos sus personajes.
Recurriendo a la nostalgia como elemento principal y con ayuda de personajes enérgicos, un buen ritmo y unos fascinantes efectos especiales, el film nos presenta a los Cazafantasmas de las nuevas generaciones.
Los míticos sketches de Camera Café dan el salto a la gran pantalla en un mejunje disparatado. Su historia es irregular y convencional, pero consigue con creces el objetivo de hacer reír al público amante del humor absurdo.
Con una gran sutileza el el director belga aborda la intimidad personal sin caer en tópicos complejos. La cámara sigue a los protagonistas para trasmitir al espectador todos sus sentimientos.
El conjunto formado por Penélope Cruz, Antonio Banderas y Óscar Martínez ofrece una colección de escenas divertidas sobre el cine. Sin embargo, el desarrollo del largometraje es irregular y deja sensación de vacío.