Alberto Evangelio debuta con un producto que tiene una premisa interesante, una parte técnica correcta y una atmósfera bastante lograda. No obstante, no se define en el tono y su guion está lleno de vueltas de tuerca confusas.
Alberto Evangelio debuta con un producto que tiene una premisa interesante, una parte técnica correcta y una atmósfera bastante lograda. No obstante, no se define en el tono y su guion está lleno de vueltas de tuerca confusas.
La enfermedad de una anciana y la visita de su nieta para cuidarla desencadenan una pesadilla de terror bastante efectiva. Sin embargo, el argumento es casi prescindible en este juego de elementos inquietantes y tenebrosos.
Neill Blomkamp nos trae Demonic, una propuesta novedosa dentro del género del terror, aunque poco efectiva, debido a un argumento flojo, un ritmo lento y unos efectos especiales que nos dejan indiferentes.
Vuelve la sonada saga de videojuegos y películas de zombis con Resident Evil: Bienvenidos a Raccoon City. Un largometraje que logrará cautivar a los más fanáticos recuperando el espíritu de los primeros juegos.
Edgar Wright sigue en su misma línea con un largometraje marcadamente estético, explosivo y cuidado. Aunque su trama es más convencional, las actuaciones y la banda sonora resultan insuperables.
En su primer largometraje, S.K. Dale nos presenta un violento thriller, con Meghan Fox liderando en la interpretación, que sumerge al espectador en una relación de abuso retorcida y llevada al extremo.
La saga de terror que arrancó a finales de los 70 retorna con sus dos estrellas: Jamie Lee Curtis y el enmascarado Michael Myers. El resultado no dista mucho de la reiteración violenta y absurda de las predecesoras.
La secuela que dirige Rodo Sayagues es menos efectiva que la original debido a una falta de trabajo en el guion. Cuenta con diálogos postizos, escenas inverosímiles (forzadas para ser convenientes) y una cantidad exagerada de sangre.
Lo que le falta de lógica y fuerza narrativa al guion, lo contrarresta el clima de suspense y angustia que se consigue mantener durante todo el film, que cumple con las expectativas de quienes busquen un rato de tensión.
Adam Robitel dirige una secuela llena de acción que llega a grandes extremos, aunque poco original. Con un planteamiento interesante y una magnífica ambientación, consigue despistar y jugar con la mente del público.