La sexta entrega de la saga Scream es entretenida, y salvaje. Sin embargo, no deja de ser una colección elementos del género y su guion convencional no sorprende aunque, en ocasiones, resulta divertido.
La sexta entrega de la saga Scream es entretenida, y salvaje. Sin embargo, no deja de ser una colección elementos del género y su guion convencional no sorprende aunque, en ocasiones, resulta divertido.
Los tres minutos iniciales son suficientes para saber lo que esta película nos ofrecerá durante dos horas y veinte minutos: sangre, sangre, sangre y un guion y personajes nada trabajados.
Pese a que los efectos especiales están logrados y consiguen una buena ambientación, la trama de la típica muñeca poseída es repetitiva y predecible. Además, algunas actuaciones carecen de credibilidad.
A pesar de un inicio prometedor, el film va perdiendo efectividad a medida que avanzan las conversaciones en una cabaña del bosque. Parecía que Shyamalan iba a ofrecer más sorpresas de las que realmente quedan en pantalla.
Un festival de tripas y violencia sin fin es el protagonista de este metraje. Es una obra de serie B que emula a los clásicos ya existentes y que no difiere mucho de las interminables batallas entre alienígenas y marines.
Aunque M3GAN tiene momentos perturbadores, probablemente no es la muñeca diabólica que esperaba cierto público. En general, el film se asemeja más a un drama sobre el duelo que a un producto de terror.
El film es una tórrida e inexplicable historia de meigas y brujería en la aldea de Lobosandaus en los montes de Galicia. El guion no está bien hilado y deja vacíos para la libre interpretación.
El extraño mejunje te terror y drama romántico deja un título desagradable y tierno a la vez que no gustará a todos los públicos. No obstante, sus protagonistas hacen un trabajo inmejorable que atrapará al espectador hasta el final.
Laurie Strode se enfrenta una última vez a Michael Myers en una entrega que sigue la línea de sus predecesoras. Continúa buscando la tensión y el espectáculo a través de sustos fáciles y una violencia muy gráfica.
Aunque la trama de Smile es sencilla, su desarrollo está bien controlado de manera que resulta eficaz. Cuenta con recursos originales y otros más evidentes que intentan mantener la tensión.