El film no es un homenaje a Bergman ni pretende imitar su obra. Es cine dentro del cine, con una segunda trama que rompe el ritmo sin aportar nada. Al final deja la sensación de estar perdida en sus reflexiones.
El film no es un homenaje a Bergman ni pretende imitar su obra. Es cine dentro del cine, con una segunda trama que rompe el ritmo sin aportar nada. Al final deja la sensación de estar perdida en sus reflexiones.
Esta secuela es un producto para deleitarse en escenarios del pasado durante un rato y compartir la felicidad de los sueños cumplidos de sus personajes. Repite la mayoría del elenco y cuenta con muchos toques de humor.
El film de Juho Kuosmanen puede desalentar al principio, pero rompe los estereotipos de dos personajes excéntricos mientras construye una bonita relación a través de un viaje de transformación personal.
La obra de Balzac llega a la gran pantalla con magníficas interpretaciones y decorados pero interrumpida por escenas de sexo y algo de desesperanza. Aún así, es ágil, divertida y propone una reflexión bastante actual.
Este drama inglés de época con giros excesivamente sensuales tiene varios aciertos, pero un guion fallido. Aunque las interpretaciones y la fotografía son fascinantes, los personajes y la historia dejan bastante que desear.
Aleksandre Koberidze mezcla diversos géneros en una trama cuya premisa es una historia de amor, pero va ramificándose a medida que avanza. Es una película larga que ayuda a fijar la mirada en la belleza de lo cotidiano.
Desde el Reino Unido llega una historia que quiere revelar las sorpresas que alberga la nueva y joven tercera edad. Morisson ofrece un film con muy buenas intenciones y actores, y más ligero en el guion y el resultado.
Una ópera prima que nos plantea un aparente relato amable y romántico. La sobreexplicación y las elecciones precipitadas para avanzar hacen difícil empatizar con los personajes, aunque brinda algunas secuencias logradas.
Nicholson regresa, después de más de veinte años, con un drama que muestra un gran retrato acerca de una separación matrimonial. Un reparto excepcional y una estética apabullante acaban de conformar esta cruda y sugerente película.
La ejemplificación de la corriente de la Ley de la Atracción se convierte, en manos de Andy Tennant, en una propuesta simple. Como drama romántico convencional no trae nada nuevo, y casi tampoco nada viejo.