Cine
A menudo nos preocupamos por el amor propio de nuestros hijos, queriendo hacerles sentir valiosos. Efectivamente, trabajarlo desde el inicio de la infancia es clave para su crecimiento, teniendo en cuenta que tendrá un papel muy importante durante la adolescencia y la etapa adulta. Con la mejor de las intenciones, algunas veces cometemos algunos errores. Los comentamos a continuación.
- No alabes constantemente. Pregúntales cómo se sienten al haber conseguido algo. Erróneamente, pensamos que felicitar a menudo a nuestros hijos les hace sentirse importantes. Sin embargo, la satisfacción es mucho más eficaz y duradera cuando viene de dentro. Evitemos que busquen y dependan emocionalmente de la aprobación de terceros.
- Sé sincero. Evita mensajes como “puedes con cualquier cosa”, “todo lo haces fenomenal”, “siempre ganas a papá en las carreras”. Para desarrollar una autoestima sana tenemos que ejercer de espejo, diciendo siempre la verdad. Si distorsionamos la realidad les conducimos hacia la confusión. ¿Por qué siempre gano a papá y en el cole pierdo?, ¿por qué en casa me dicen que el dibujo es precioso y la profesora dice que puedo esforzarme más?
- Evita la sobreprotección. Los niños necesitan hacer y equivocarse. Probar, medir y aprender de los errores es lo que les ayuda a crecer y marcar una personalidad óptima.
Una manera clave de trabajar este tema es fomentar la autonomía. En la medida en que un niño se ve capaz de hacer algo valioso empieza a confiar más en sí mismo. Esto le permitirá afrontar los retos que vayan apareciendo a lo largo de los años. La autoestima no crecerá conforme les insistamos en lo mucho que valen o lo importantes que son, sino a medida que les demos oportunidades de hacer las cosas y experimenten que pueden sacarlas adelante.
La autonomía no debe ir únicamente enfocada en fomentar la independencia en sus rutinas diarias (vestirse, desvestirse, recoger sus juguetes, comer solo, etc.). Nuestros hijos crecerán en la medida en que sientan que también pueden sumar en la vida del otro, familiar o escolar. Por ello, desde los colegios se insiste mucho en la importancia de los encargos.
Algunas ideas para fomentar la autonomía en la etapa de educación infantil
- Motiva a tu hijo/a a afrontar acciones diarias solo. Por supuesto, siempre ajustándonos a su edad: tirar el pañal a la basura, abrocharse las bambas o un botón, comer, ordenar los juguetes, etc.
- Ponle algún encargo. Si experimento que puedo aportar algo valioso al grupo, me siento importante y valioso.
- Dale tiempo. Mucha paciencia y sin correr. Las prisas son el peor enemigo de la autonomía.
- Déjale hacer y equivocarse. No evites el error, el enfado o la frustración porque no le salga a la primera.
- Valora su esfuerzo, independientemente del resultado.
- Acompaña y apoya sus pequeños logros. Evitando caer en sobredimensionar el resultado ni en la alabanza constante.
- Déjale tomar algunas decisiones adecuadas a la edad y al momento.
Algunos trucos que nos pueden ayudar
- Escalones infantiles/elevadores. Les permiten alcanzar la pica del baño o que nos acompañen en la cocina.
- Percheros y muebles de su habitación a su alcance. Ayudan a tener el abrigo y la mochila colgados al llegar del colegio y a que puedan tener acceso a los cajones de juguetes a la hora de recoger.
- Cintas para colgar el abrigo con facilidad. Permite que puedan colgar el abrigo con mayor facilidad sin que lo encontremos constantemente el suelo.
- Tirador de cremalleras para el abrigo. Facilita subirlas y bajarlas de manera autónoma.
- Preparar la ropa en orden para el día siguiente. Favorece que empiecen a vestirse solos adecuadamente.
- Zapatos con velcro. Permite que puedan abrochárselos y desabrochárselos sin ayuda.
Así pues, la insistencia por parte de los profesionales de la primera infancia en fomentar la autonomía tiene su fundamento en dirigirnos a una educación que permita a los niños sentirse valiosos, capaces de asumir nuevos retos y, en definitiva, niños que van forjando una autoestima fuerte que los acompañará toda la vida.
Firma: Patricia Gassó
