Si en los últimos meses has escuchado las palabras streamer, whisper o bit, lo más probable es que hayas oído hablar de Twitch. Se trata de la plataforma de retransmisión en vivo que se ha puesto de moda recientemente.
Al inicio, se centraba especialmente en el ámbito de los videojuegos, los gamers y los e-Sports, pero su uso ha ido extendiéndose a otros entornos como la música, los deportes o la comida.
Aunque nació en 2011, en España se ha popularizado en el último año. De hecho, fue durante la pandemia de la covid-19 cuando muchos artistas del mundo de la música encontraron en Twitch una forma alternativa de ganar dinero y fidelizar a su público, ya que estas retransmisiones en directo remplazaban en cierto modo las actuaciones en salas y festivales.
¿Y en qué consisten estas emisiones? Los gamers juegan partidas de sus videojuegos favoritos mientras el público observa desde sus casas. Los cantantes, productores o DJ’s responden preguntas en vivo, componen sus temas e incluso ven vídeos de otras plataformas para que los espectadores presencien su reacción.
Menores de edad en Twitch
Lo que atrae tanto a la audiencia de esta plataforma es la posibilidad de interactuar con los streamers. Si tu idea es tan solo consumir contenido, no generarlo, el modo de conexión es muy sencillo: no hay que registrarse y el acceso es gratuito, sin comprobaciones de edad de ningún tipo.
Pero si un menor de edad decide crearse un perfil todavía hay algunas lagunas de seguridad. En primer lugar, no hay modo de evitar que emita en directo. Solamente mintiendo en la fecha de nacimiento se aprueba el acceso a esta posibilidad.
Aparte de ver vídeos y retransmitir, en Twitch también es posible enviar mensajes –whispers– a cualquier otro usuario. En este caso sí que encontramos una solución sencilla de protección al menor, y es que puede bloquearse la mensajería en las opciones de privacidad de la cuenta.
Por otro lado, aunque la plataforma tiene normas rígidas respecto a la publicación de contenido sexual, no ofrece filtros por edad para regularlo. Los streamers pueden poner etiquetas a sus vídeos, pero esto no evita el acceso de cualquier usuario a aquellos que estén marcados para +18.
Además, el hecho de que la mayoría de retransmisiones sean efímeras y en directo lo hace impredecible y más difícil de controlar.
Streamers y suscriptores
Lo que Twitch persigue es fidelizar al público. Esto lo consigue con contenidos exclusivos para sus suscriptores mensuales, aquellos que se crean un perfil. De este modo, utilizar la plataforma es como acceder a una televisión con infinidad de canales en el que la programación viene dada por los streamers.
Los emisores de vídeos en directo adquieren una serie de compromisos a la hora de monetizar sus contenidos a través de anuncios y donaciones, por lo que han de retransmitir contenido con cierta regularidad, asegurando así que la plataforma no caiga en desuso y que los usuarios dispongan de contenidos de forma continuada. Al tratarse de material momentáneo, prima el valor de lo novedoso.
Aun así, como la plataforma no está pensada para almacenar vídeos, es bastante común que las emisiones grabadas se suban posteriormente a YouTube, para que los usuarios que quieran puedan visualizarlas en diferido. También, por un menor tiempo, pueden permanecer abiertas al público en el propio canal de Twitch, aunque frecuentemente como contenidos exclusivamente de pago.
Los Bits de Twitch
Aunque hay mucho contenido gratuito, una vez dentro de la plataforma sí que es posible realizar pagos. Es por ello que conviene estar alerta con los gastos que puedan efectuar los menores de edad por acceder a contenidos exclusivos de sus ídolos favoritos.
Durante las retransmisiones, cada donación se notifica en vivo. En algunos directos se lanzan agradecimientos públicos con la finalidad de animar al resto de audiencia a seguir enviando dinero, los denominados Bits de Twitch –una moneda virtual propia–. Con este dinero y dependiendo de las cantidades, los espectadores ganan cheermotes, animaciones que pueden enviarse en los chats. Todo esto va orientado a que los canales se vayan posicionando y los streamers consigan cada vez más apoyo de su comunidad.
Por otro lado es importante remarcar que la plataforma fue adquirida en 2014 por Amazon, por lo que está integrado con Amazon Prime. De este modo, los streamers pueden conseguir suscriptores sin que tengan que pagar un coste adicional por ello, ya que la cuenta de Amazon Prime incluye un registro gratuito a un canal de pago mensualmente.
Un formato que va ganando terreno
Finalmente, añadir que este nuevo formato no solo ha interesado a músicos, artistas y gamers. Otros medios –como son la televisión o la radio– ya emplean la plataforma Twitch como canal adicional, en el que presentan concursos y promociones exclusivas para su comunidad.
Firma: Álex Estébanez