Y de repente tú

Y de repente tú es una comedia que se podría dividir en dos partes totalmente distintas. La primera es aquella de mal gusto. Protagonista femenina que intenta hacernos reír a base de escenas sexuales y diálogos sin filtro. Es la parte que representa a Amy Schumer, estrella americana de moda en la televisión y debutante como actriz y guionista de esta película. Aunque denigrante, es el trozo que tiene más personalidad del film, porque la segunda parte, que sería propia de del director Judd Apartow (Lío embarazoso), es de lo más clásico. Pierde todo el interés y fuerza a Schumer a ponerse en un tono dramático que no se cree ni ella misma.

El personaje protagonista está bien construido y trabajado y, aunque se quiere vender como otra cosa, sirve para reflexionar sobre la familia y la figura de la mujer hoy en día. Realmente, Amy es una niña que ha crecido sin una madre que le diera el cariño que necesitaba. Su padre se convirtió en un ídolo, con una manera de ser donde todo pasaba por el yo. Y su madre era la débil, porque dependía de los demás. Por eso, ella huye de esa actitud y de todo lo que representa el amor (la hermana), motivada por el temor al compromiso y a no poder ser la dueña de su vida. Así que, a base de estamparse, empieza, tardíamente, a madurar y convertirse en una mujer que cree en el nosotros.

En mi opinión, esto es algo que siempre se ha dado pero, últimamente, con más frecuencia. Tanto hombres como mujeres, a pesar de tener ya una edad, no han dado el paso y se comportan como adolescentes. Por fortuna, como cantaba Marisol, la vida es una tómbola y nunca sabes quién o qué puede llegar a pasar y cambiártelo todo.

Firma: Javier de la Llave