Una proposición indecente

Se trata de uno de los mayores éxitos comerciales de la temporada 1993. Un film que, asimismo, provocó una tremenda polémica en Estados Unidos, extensiva a los países en que se ha exhibido. Obviamente, Adrian Lyne (autor de Nueve semanas y media y Atracción fatal) ha vuelto a demostrar con esta nueva película su sagacidad como realizador fílmico. Con una estética brillante y harto envolvente, al tiempo que engañosa -como en aquellos films, tocando las fibras más sensibles del espectador y buscando asimismo polemizar-, Una proposición indecente logra interesar y arrastrar al público sencillo con su preparado relato, bien sustentado por un notable trío protagonista -el veterano galán Robert Redford es el tercero en discordia- y una cuidada ambientación.

En este film, Adrian Lyne plantea una cuestión moral y un problema de conciencia de fácil efecto: “¿Es posible entregar el cuerpo sin entregar el corazón, el espíritu? Además -se responde la protagonista-, si antes de casarnos ya tuvimos relaciones con otras personas, y yo sólo te querré a ti”, dirá a su marido. Y ante las necesidades apremiantes, resuelven en común aceptar el millón de dólares. Con todo, el desarrollo posterior a esa condenable acción y los remordimientos de ambos, les llevan a una honda crisis y a romper el matrimonio. Aun así, cuando todo parece perdido, el sagaz realizador tranquiliza al sufrido espectador con un happy end tan increíble -en buena parte ya lo es la propia trama- como falso, el cual no está exento de moralina, así como de un fondo romántico y bondadosamente idealista.

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