Una noche para sobrevivir

Son dos los principales fuertes de esta cinta. En primer lugar, el guion. Qué diferencia cuando una película de acción viene respaldada por una buena historia; es entonces cuando esa acción tiene algún sentido y no se limita a los fuegos artificiales de lucha y disparos. Los personajes están construidos de un modo complejo: cada uno tiene sus luces y sus sombras, sus deseos y sus traumas, sus intereses y sus enemigos, y todo ello hace que deban decidir a qué ofrecen su lealtad. El principal adversario, Shawn (un brillante Ed harris), también es un rival a la altura: un hombre con mucho poder que se convierte en un villano tras sufrir la muerte de su hijo a manos de un supuesto aliado. En cierto sentido, el sistema de mafia (y familias) y las tramas de ajuste de cuentas son una especie de adaptación moderna de El Padrino.

El segundo gran acierto es el reparto: las actuaciones son sensacionales, con Liam Neeson a la cabeza, y todos ellos contribuyen a hacer de los personajes seres creíbles y humanos.

La realización es impecable, con impresionantes travellings imposibles para desplazarnos de un escenario a otro, y con el necesario número de cortes y movimientos de cámara para subrayar el creciente suspense. La música también resulta más que acertada, tanto para las secuencias frenéticas como para los momentos dramáticamente tensos.

En definitiva, toda una perla del cine de acción y suspense. Más de una hora y media de intriga asegurada. Firma estas líneas una persona que no es especialmente aficionada al cine de este género, lo cual significa que Una noche para sobrevivir ha cumplido su misión.

Firma: Josepmaria Anglès