Una mujer en África

Denis, directora también de documentales, ha contado con el apoyo de la novelista Marie N’Diaye para esta película que ilustra el extraño vínculo que puede llegar a unir a las personas con la tierra. En este sentido, la interpretación de Isabelle Huppert es extraordinaria, y aguanta el tirón de lo que podría considerarse inverosímil y contrario al instinto de supervivencia. Precisamente, en este punto es donde el guión se resiente con más transparencia, en los giros en algunos personajes, en cierto sentido motivado por los numerosos frentes que pretende abarcar.

Sin embargo, Claire Denis consigue una buena estructura de saltos temporales, que le permite trabajar las causas y las consecuencias, con tan sólo algún breve momento más confuso. Además, la labor conjunta en la interrelación entre aspectos políticos, sociales, culturales y éticos configuran un panorama donde se perfila muy bien que todos podemos ser buenos y malos. En Una mujer en África no interesan tanto los bandos, sino lo personal, la libertad y su buen o mal uso, así como el olvido del orden de prioridades que conduce a lo trágico. Por eso, aunque no se borra del todo la esperanza, el film de Denis recuerda en muchos de sus aspectos a una tragedia griega. Triste, dolorosa pero verdadera.

Firma: Lourdes Domingo