Una extraña entre nosotros

Espléndida película del veterano Sidney Lumet (Doce hombres sin piedad, Veredicto final), presentada con éxito en el Festival de Cannes ’92. Perfectamente realizada en escenarios naturales de Brooklyn y Manhattan, destaca la sensible interpretación de Melanie Griffith en su papel de dura policía y curtida mujer. La descripción del mundo judío -concretamente del grupo denominado hasidim, residente en Brooklyn y dedicado al comercio de diamantes-, así como la caracterización de los personajes, son impresionantes.

El film resulta un agudo acercamiento al estudio de mentalidades y costumbres de esa comunidad social. Con todo, este thriller intimista va más allá de su propia historia. El encuentro entre dos culturas y formas de ver la vida -que se expresa especialmente en los personajes de la detective y el heredero del rebbi, quienes llegan a comunicarse amorosamente (en escenas románticas muy bien tratadas, que logran emocionar al espectador)- resulta muy inteligente y de cierta hondura y riqueza espiritual. Aunque Una extraña entre nosotros está realizada desde la perspectiva judía neoyorquina, consigue interesar al espectador occidental, a la vez que establece un mayor conocimiento de ese mundo aparentemente exótico. Con crudos diálogos aislados, el tono general es comedido -a pesar de la violencia explícita de alguna secuencia- y posee golpes de humor y dramáticos verdaderamente notables.

Una película, por tanto, de estilo comercial, pero digna como obra artística de categoría y de indudable calidad y profundidad humanas.

Firma: Redacción