Un hombre solitario

Brian Koppelman, guionista y director de esta película, escribió en 1996, conjuntamente con David Levien, el guión de Rounders protagonizada por Matt Damon, con un notable éxito de taquilla. En 2001, ambos dirigieron Ajuste de cuentas y fueron responsables del guión de El jurado y de la famosa secuela de la saga de ladrones Ocean’s thirteen.

Sin lugar a dudas Un hombre solitario que, incomprensiblemente, llega a nuestras pantallas con cuatro años de retraso, es, a todas luces, el clásico film de “actor”. No recordamos ni un solo plano en el que Michael Douglas no esté presente. Él es la película. Y también es un papel que le viene como anillo al dedo. Con toda seguridad Koppelman escribió el guión sin dudar en ningún momento cuál sería su protagonista.

Ello no es óbice para que no destaquemos el acertado cuadro de intérpretes que le dan justa réplica a lo largo del film. Desde Susan Sarandon que aporta, una vez más, pese a su breve rol como esposa del protagonista, su proverbial versatilidad, hasta el genial Danny DeVito. Y una mención especial para la joven actriz británica Imogen Post, a la que auguramos una carrera imparable.

Michael Douglas está que ni pintiparado en la piel de este burlón, mujeriego e irrespetuoso rufián, tanto con el trato con su antigua esposa como con su actual pareja, y por añadidura con todos los que le rodean. Erróneamente cambió su vida por un dictamen médico, emprendiendo un vertiginoso desafío al más sensato y elemental comportamiento humano.

Y siguió siendo… “un hombre solitario”.

Firma: Joaquín Guitart