A partir de una historia de Dave Eggers, Matt Damon y Gus Van Sant vuelven a colaborar juntos después de El indomable Will Hunting y Gerry. Esta vez, Matt Damon, en su tercer guión, deja a los hermanos Affleck y se une al “oficinista” Krasinski (actor y guionista incipiente, conocido por la comedia televisiva The office) para llevar a cabo la que es, seguramente, la primera película sobre el sistema de fractura hidráulica.
En este título, Van Sant, un director de nutrida filmografía y con varias incursiones en perfiles del adolescentes problemáticos (Mi Idaho privado, Descubriendo a Forrester, Elephant) dirige una historia de denuncia pero sin acritud. La peculiaridad de Tierra prometida, no sólo es la novedad del tema que interesa por el impacto en la salubridad, sino por la focalización del guión.
Habitualmente, el cine de denuncia de grandes corporaciones se ha explicado desde los afectados, a excepción de la estrambótica y corrosiva Gracias por fumar de Jason Reitman. Damon y Krasinski deciden contar la historia desde el punto de vista de los empleados de Global, de manera que consiguen un tono más ambivalente en lo dramático, aunque diáfano en su propuesta ética, y más cómico y menos solemne en su relación con el público que el de las novelas de John Grisham.
A pesar de que late cierta simplicidad en lo previsible de algunos giros, la desnudez de las intenciones del film, alguna que otra sorpresa bien trabajada y un tono irónico y fresco en unos cuantos diálogos dejan a Tierra prometida como un título para un público amplio, entretenido y caldoso en algunas reflexiones más allá del ámbito meramente ecológico.
Firma: Lourdes Domingo
Extras DVD:
Steve Butler (Matt Damon) y su compañera de trabajo Sue Thomason (Frances McDormand) llegan a McKinley, un pueblo duramente golpeado por la crisis financiera y agrícola de los últimos años. Los dos representantes de la compañía de gas Global Crosspower Solutions están convencidos de que los habitantes de McKinley estarán encantados de aceptar la oferta de su empresa a cambio de dejarles perforar pozos de gas en sus granjas. Lo que en principio iba a ser un trabajo fácil y una estancia corta se complica profesionalmente cuando el respetado profesor de instituto Frank Yates (Hal Holbrook) revela a los habitantes algunos problemas medioambientales del sistema de fractura. Y para empeorar las cosas llega a McKinley el ecologista Dustin Noble (John Krasinski), que además consigue meterse en el bolsillo a los potenciales clientes de Global.