Terminator salvation

En esta nueva andadura de la saga –la cuarta en el cine, sin contar la recién cancelada serie televisiva que aquí emiten las autonómicas-, el espectáculo se ha convertido, una vez más, en la prioridad del guión y la realización. McG, director películas de acción como Los ángeles de Charlie, y los guionistas de la tercera entrega de Terminator, han llevado a cabo un proyecto donde el diseño de  producción, en especial el de efectos especiales, es brillante. A pesar de no ser incompatible, este último aspecto ha ido en detrimento de la fuerza de la historia como guión y de los personajes. La situación de sus protagonistas es realmente límite, pero no se consigue despertar un interés en el espectador más allá de saber cómo acabará la historia.
 
Con la música siempre eficaz de Danny Elfman (esta vez algo menos sugerente de lo que cabría esperar por su trayectoria), la secuela transcurre por unos parajes parecidos a los del western pero aún más desoladores y envueltos en una fotografía gris y fría: desiertos áridos, gasolineras abandonadas, casas desahuciadas… Los propios productores hablan de espacios “post-apocalípticos”, lo que va en la línea de gran parte del cine moderno que revisa el mito del héroe, también metacinematográficamente (John Connor es un líder con sus momentos de soledad y melancolía anclado en el tiempo, como el del western crepuscular).
 
En cuanto al discurso del film, emergen, precisamente, los valores positivos del liderazgo por una cruzada verdadera, el sacrificio y la tenacidad. Y gracias a la presencia del alter ego de Connor, Marcus, se plantean esos interrogantes, que nos remiten a la obra maestra de Ridley Scott, Blade runner: la búsqueda del creador para encontrar respuestas a la propia existencia o el llegar al meollo de lo que nos hace auténticamente humanos, como naturaleza y existencia.

Firma: Redacció

Extras DVD:

• Audio: inglés, español, catalán
• Subtítulos: inglés, castellano, portugués