Icíar Bollaín es una directora sólida, que sabe abordar temas maduros con bastante equilibrio (Mataharis, Flores de otro mundo). Junto a su marido Paul Laverty, uno de los ideólogos-autor de los guiones de Ken Loach (La canción de Carla, Mi nombre es Joe, Sweet sixteen, El viento que agita la cebada o Buscando a Eric) han realizado la película que España presentó a la preselección de los Oscar.
En la historia del cine, hemos visto otros títulos en los que la filmación de un largometraje era la excusa para hablar de la relación entre cine y realidad, haciendo siempre más hincapié en el mundo del arte (La noche americana, Fellini 8 y ½ o la reciente Nine). En la historia de Laverty, de marcada ideología marxista, la realidad es la que redime el arte, o al menos a sus activistas (sobre todo al productor, Costa, un magnífico Luis Tosar), y no el cine quien redime la realidad.
Esta disyuntiva entre la función social del cine y la función social de la persona, también crea otros paralelismos entre pasado y presente, realidad y ficción o artista y activista, en los que se debaten los protagonistas. El único problema de la historia de Laverty es el uso de tópicos sobre la historia de América, que restan lustre a una brillante realización en la que el marco de ficción del rodaje colombino desaparece muchas veces, y el espectador se ve así inmerso en una película diferente, que se relaciona poderosamente con la contemporánea que está viendo.
En estos juegos especulares, que a veces se funden (como en la escena del rodaje en la que aparece la policía) es donde Bollaín demuestra la fuerza de su ingenio, que va a la par con la melancolía y soledad de sus personajes, sobre todo en Tosar y Elejalde. Ambos desvinculados, no sin amargura, de sus lazos familiares, encuentran en Cochabamba y sus gentes el lazo para completar sus vidas y que tiene que ver con algo tan imprescindible como la necesidad de ser necesario para alguien. Al final, entre vida y arte, Costa escoge vida, y Sebastián, el artista comprometido, el arte.
A pesar de los estereotipos ideológicos de los que parece ser esclavo el guión, Laverty también denuncia la hipocresía de los propios cineastas, que van a Bolivia precisamente para abaratar costes contratando a pobres que se conforman con dos dólares al día por hacer de extras.
Menos ambiciosa en su vertiente histórica y de retrato social, la película gana peso en su lectura más estética, metacinematográfica y ética.
Firma: Lourdes Domingo
Extras DVD:
Director: Icíar Bollaín
Guionistas: Paul Laverty
Intérpretes: Carlos Aduviri, Carlos Santos, Karra Elejalde, Luis Tosar, Raúl Arévalo
Género: Drama
País: Francia
Fecha estreno: 07/01/2011
Lenguaje: Coloquial
Un equipo de cine aterriza en Cochabamba (Bolivia) para rodar una película sobre la conquista de América. El objetivo del sensible director es dar una visión crítica con la política que llevó a cabo Cristobal Colón con los indígenas. En la realidad, se toparán con un creciente revuelta popular por el precio excesivo que el agua le costará a los pobres habitantes del país.
Título original: También la lluvia
País: Francia
Duración: 103'
Fecha producción: 2010
Distribuidora: Alta Films
Color: Color