Gabriel Clarke y John McKenna son dos realizadores especializados en documentales biográficos sobre deportistas. Con esta película llevan a cabo un tributo al tesón que demostró el actor más “cool” de finales de los 60 y principios de los 70.
En realidad, Steve McQueen: the man & Le Mans es la historia de una pasión; una de esas que te encumbran o te matan y parece –como se expresa desde varios frentes en el guión– que esta fue una de las destructivas.
Para reconstruir el momento central del conflicto (el rodaje de Le Mans), Clarke y McKenna convocan diversos testimonios de la época: su manager, los actores y pilotos que participaron, su hijo y la que fue su primera esposa, la también actriz Neile Adams. Pero ambos cineastas también cuentan con el metraje del propio rodaje del film de 1971 e incluso con los audios de una entrevista al actor cuando ya padecía el cáncer que acabó con su vida.
La principal virtud de este trabajo es su concreción. Su objetivo es relatar las consecuencias positivas y también los daños colaterales del sueño del mítico actor; y eso se consigue. La narración intercala imágenes y declaraciones de archivo con otras actuales, que aportan la interesante perspectiva del tiempo sobre el legado de aquel rodaje y sobre el valor de las acciones y decisiones personales sobre los demás.
En este sentido, el film contiene algún pasaje emotivo, como el del accidente de David Piper, que refleja cómo el infortunio afectó al protagonista. Sin embargo, en conjunto, da la sensación que no se ha conseguido sacar lo mejor o lo más auténtico de algunas de las voces principales. Da la impresión de que algunos de ellos interpretan un rol en el esquema expositivo, lo que hace que se pierda el aire de espontaneidad y naturalidad y sobresalga algo de artificiosidad.
No obstante, no parece que Clarke y McKenna se hayan propuesto poner el acento en ese aspecto. Priorizan Le Mans como punto de inflexión en la existencia de McQueen y eso queda sobradamente probado.
Con Steve McQueen: the man & Le Mans disfrutarán los amantes del motor y los amantes del cine, y por supuesto los amantes de ambas disciplinas, como el propio Steve McQueen.
Firma: Lourdes Domingo
El documental aborda las dificultades que afrontó Steve McQueen para rodar Le Mans en 1971. Entonces él era uno de los actores en boga. Y decidió unir sus dos pasiones: la velocidad y la actuación. Se propuso rodar la “película definitiva sobre las carreras de coches” y se encontró con un sinfín de problemas que quebraron diversos aspectos de su vida.
