Serendipity

Serendipity es la facultad o el hecho de encontrar algo que uno no estaba buscando, pero que le va de perlas, o sea, muy bien. Y eso es lo que les sucede a los protagonistas en esta breve película de corte clásico, cuyo guión está lleno de pequeños homenajes a las comedias románticas de antaño -el papel de los grandes almacenes como telón de fondo, los secundarios que adquieren relevancia con sus pequeños toques de sabiduría, o la dinámica de encuentros y desencuentros entre los protagonistas-.

El director (Un mundo a su medida) aborda la dirección sin muchos problemas -con algún toque más esteticista, pero efectivo y acertado, en la expresión del paso del tiempo-, gracias también a la idoneidad de los actores. John Cusack borda este tipo de papeles entre el drama y la comedia, con bastantes matices, y el resto del reparto lo acompaña sin desmerecer.

La historia es previsible, pero -a diferencia de en Algo para recordar– la búsqueda mutua de John y Sara tiene más sentido, ya que se han conocido previamente, y el destino no es aquí un ente vago y totalmente mágico, sobre el cual no hay control. Además, es encomiable el elogio a los pequeños detalles para no hacer morir el amor, y que dure para siempre.

Firma: Redacción