Seis puntos sobre Emma

Roberto Pérez Toledo (Lanzarote), licenciado en Comunicación Audiovisual en Salamanca, tiene tras de sí un gran número de cortos, premiados a nivel internacional, antes de dirigir estos Seis puntos sobre Emma, su primer largometraje.

Quizás el hecho de tener que rodar sobre silla de ruedas le haya impulsado a basar este despegue inicial en la historia de un personaje con otra carencia física notable: la ceguera.

Para ello ha contado con una protagonista de excepción, Verónica Echegui, actriz que va demostrando a pasos agigantados su extraordinaria valía interpretativa y que, en esta película, en el papel de Emma, suma “seis puntos más” a su espectacular carrera cinematográfica.

Evidentemente no es la primera vez que la gran pantalla, tanto a nivel nacional como internacional, nos brinda la historia de una mujer ciega, con sus carencias, sus miedos y sus sensibles dificultades para desenvolverse en la vida. En este caso, no es así. Emma, con la ayuda de su perro lazarillo y su periódica asistencia al grupo de ayuda psicológica, es una mujer en apariencia muy segura de sí misma, pero con una sola obsesión. Conocedora de su propio problema físico no busca el amor, ni el cariño con el que una pareja llene cada uno de sus días. No, lo único que anhela es ser madre. Con la mentalidad de que solo un hijo puede llenar el trascendental vacío de su existencia, cierra sus puertas a cualquier devenir sentimental, limitando sus intenciones al único logro de la deseada maternidad.

El film, pese a ser un primer paso en la carrera de Pérez-Toledo, nos transmite muy buenas vibraciones en su primera mitad inicial, en la que proliferan, quizás con exceso, las sesiones de ayuda psicológica, con varios personajes de dudoso efecto.

En su segunda fase, el guión es monocorde y con un final que deja en el aire si la ceguera de la protagonista fue solo un problema físico o una falta de visión moral del verdadero objetivo entre los moradores de nuestro atribulado planeta.

Firma: Joaquín Guitart