Salvar al soldado Ryan

Análisis

Esta impresionante película de Steven Spielberg es una auténtica obra maestra del Séptimo Arte y uno de los más grandes filmes bélicos de todos los tiempos. Una vez hechas tales afirmaciones (el espectador lo deberá comprobar por sí mismo), cabe consignar que esta superproducción, sin abandonar las convenciones de un género cinematográfico que Spielberg recupera como autor, se aleja del estilo tradicional made in Hollywood.

Rodada con la técnica del documental (cámara al hombro y con un cromatismo próximo al blanco y negro, que incluye el granulado de la imagen), Saving Private Ryan posse una fuerza estética y humana pocas veces vista y sentida en la pantalla. Ayudado por la partitura musical de John Williams y la extraordinaria fotografía de su también colaborador Janusk Kaminski, Spielberg ha evocado unos hechos trágicos como un verdadero artista. A tal fin, logra varias secuencias antológicas (especialmente, las que abre y cierra el filme, de media hora de duración cada una), y consigue implicar en la acción al público con el estremecedor ruido de los morteros y cañones, cuyos disparos y bombas ofrecidos con un alto nivel de decibelios llegan a acongojar seriamente.

Combates que son vistos y mostrados a la altura de los ojos de los soldados. Así, basado en el libro de Steven Ambrose, D-Day: The Climate Battle of War World II, desmitifica el legendario desembarco de los Aliados en Normandía y evita el tópico maniqueista de las “hazañas bélicas”, evidenciando la crueldad y la cara inhumana de la guerra en ambos bandos. Con motivo de la presentación de su película en la Mostra de Venecia de 1998, Spielberg comentaría: “En Salvar al soldado Ryan sólo reflejo lo que de la guerra me explicó mi padre. Odio la guerra. Pero creo que la II Guerra Mundial ha sido el evento más importante de todo el siglo XX y quería hablar de ella a las nuevas generaciones. Espero que con ella contribuya a aumentar el respeto por la historia”.

Ciertamente, pocos filmes sobre temas bélicos (citaré únicamente dos magistrales, representativos de las dos grandes guerras: Senderos de gloria y Los mejores años de nuestra vida) poseen el vigor dramático y la perfección creadora de la presente película-río. De ahí que Saving Private Ryan tenga la entidad de un clásico (de una tragedia griega, si me apuran), un tono antibelicista y ánimo pacificador (en una segunda lectura), haciendo hincapié al mismo tiempo en la nobleza y el espíritu de sacrificio, lo cual (pese a cierto aire propagandístico) le dignifica como obra artística. Todo ello justifica sus excesos de violencia y realismo atroz, por el carácter verista y simbólico a la vez; pues ha retratado el alma humana con voluntad de entomólogo.

Con todo, Steven Spielberg ha sabido tocar las fibras sentimentales del espectador y, asimismo, ensalzar el heroísmo e incluso el patriotismo norteamericano. Veamos, si no, sus “comprometidas” declaraciones: “La Segunda Guerra fue una guerra honorable y justa. A la fuerza. Me explico: no creo que ninguna guerra sea, en sí misma, honorable. Siempre he procurado no utilizar palabras como “good war”, porque evidentemente ninguna lo es. Y eso espero que quede reflejado en Salvar al soldado Ryan. Aunque lo cierto es que la II Guerra Mundial es una de las pocas, creo yo, guerras necesarias. Diría que, hablando desde una perspectiva norteamericana, sólo han sido necesarias la guerra de la Independencia (una guerra que definió a los mismos Estados Unidos y su idea del igualdad y democracia) y la Segunda Guerra, donde los Aliados, y lo explicaré así para simplificar, rescataron a la civilización del fascismo”. (Cfr. S. LLOPART, “Entrevista a Steven Spielberg”, en La Vanguardia, 18-IX-98).

Por último, para defenderse de ese cataclismo de sangre y furor, náusea y muerte, brutalidad e infamia, pavor y venganza, odio y fanatismo, hastío y dolor -hay gente que abandona la sala por la dureza de las imágenes (durante el estreno en Barcelona, no vi salir a nadie y sí, en cambio, aplaudir al final)-, el “rey Midas” de Hollywood se ha pronunciado también así: “Los chicos de hoy han crecido entre los videojuegos y las películas donde la sangre, el dolor y la muerte se reducen a puro entretenimiento. El resultado es que están (estamos, concluye Spielberg) anestesiados frente a la violencia. Por eso he querido representar la guerra en todo su horror, de la manera más realista posible, y creo que lo he conseguido”. En definitiva, un espectáculo dantesco que, sin duda, pasará a la Historia del Cine.

Firma: Redacció

ficha técnica

Director: Steven Spielberg

Guionistas: Robert Rodat

Intérpretes: Barry Pepper, Edward Burns, Matt Damon, Tom Hanks, Tom Sizemore

Género: -

País: EE.UU.

Fecha estreno: 18/09/1998

Lenguaje: Coloquial

Público

+16 años

Valoración

Contenido

Humor

Acción

Violencia

Sexo

Normandía francesa, 6 de junio de 1944. Día D, Hora H: las tropas norteamericanas desembarcan en la playa de Omaha para iniciar la liberación de Europa. Una lluvia de fuego alemán recibe a los soldados yanquis, que mueren a centenares. Al mismo tiempo, el Estado Mayor recibe el informe de que tres hermanos han muerto durante esta gran conflagración mundial; el cuarto debe ser rescatado para devolverlo a su infortunada madre. Tras la cruenta victoria, un grupo especial (al mando del capitán Miller), deberá salvar al soldado Ryan de la tragedia y devolverlo a casa.

Título original: Saving Private Ryan

País: EE.UU.

Duración: 170'

Fecha producción: 1998

Distribuidora: Paramount Pictures

Color: Color

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