No es la primera vez, ni será la última, que el cine se aventura en un relato plural con varios personajes, todos ellos con distintos problemas (la mayoría sentimentales), pero que redundan en una dramática coincidencia final.
La directora y guionista Manuela Burló Moreno –después de varios cortos justamente premiados y de su primer largo Cómo sobrevivir a una despedida, también en 2015– ha optado en Rumbos por esta coincidente problemática final, aunque personal en su particular descripción de cada problema humano.
Todo acaece en una sola noche y todos coinciden también al final de aquella complicada noche. Este es el motivo principal. Pero si bien la gran mayoría de situaciones están relatadas con buen criterio cinematográfico, con intérpretes de primera fila (entre ellos la reaparición de la actriz Pilar López de Ayala tanto tiempo ausente de nuestras pantallas) y con una cámara que describe a la perfección y con brillantez la soledad de una noche cualquiera en la gran ciudad, cuando llegamos al final de la cinta nos embarga una inquieta sensación de “dejà vu”.
Lástima, porque abunda en nosotros el criterio de que cada relato, en su desarrollo vital y cinematográfico, daba bastante más de sí y al relacionarlos quedan forzosamente encorsetados ante la necesidad de cumplir un metraje comercial debidamente ajustado.
No hay duda alguna de que todas y cada una de las dramáticas historias de la humanidad, en su contenido particular, suceden a menudo en cualesquiera de las grandes ciudades que forman nuestro mundo de desarrollo, pero también lo es que, al margen de esta problemática, cada día se inician nuevas formas de vida, se abren nuevas oportunidades y nuevos horizontes que llenan de ilusión el hecho de coincidir en momentos determinados con muchos de nuestros semejantes.
Y es que, como en la película, cada uno de nosotros tiene su historia personal, aparte de que, en momentos determinados, coincida con la de los demás. Algunas veces con profundo dramatismo.
Y Rumbos va de eso.
Firma: Joaquín Guitart
Una calurosa noche de verano en la gran ciudad. Distintas historias entrelazadas a través de seis vehículos. En cada uno de ellos se desarrollan distintas vivencias personales: dos adolescentes en busca de aventuras a bordo de un descapotable, un taxista profundamente herido por una traición, un camionero que se enamora por vez primera de una mujer de la vida, un amante curtido en mil oportunidades, un enfermero incapaz de borrar su memoria, una mujer abandonada sin motivo y una esposa cansada de esperar.
Rumbos es una inmersión a tiempo real en la vida de unos personajes con distintos sueños truncados, frustraciones, anhelos y deseos que convergen inexorablemente en un único y dramático camino.
