Preciosa película sobre el misterio de la resurrección de Cristo que plantea una ficción paralela mezclando la investigación policial con la crisis psicológica y espiritual del protagonista.
Partiendo del relato evangélico, Resucitado se adentra de modo verosímil en los momentos inmediatos al Domingo de Pascua. Es encomiable el esfuerzo por reflejar el ambiente de Jerusalén, las intrigas del Sanedrín, los temores de Pilatos ante nuevas revueltas, la dureza de la vida militar y la personalidad de los primeros discípulos de Jesús con los apóstoles a la cabeza.
El film muestra multitud de detalles de la época que dan a la historia un aire creíble, reforzado por una fotografía impoluta y un espectacular diseño de producción. Toda la narración, a pesar de los importantes acontecimientos de los que trata, se cuenta de un modo cotidiano, verosímil y cercano en el que es fácil introducirse e implicarse. Escenarios, vestuario, paisajes, gestos o actitudes se plasman mediante una mezcla perfecta de elegancia y naturalismo.
Es indudable que la fuerza de la película reside en el propio argumento pero, sobre todo, en el retrato humano que hace de todos los personajes. El protagonista, Clavius, tiene un perfil definido –serio, responsable, introvertido e introspectivo– y el convincente Joseph Fiennes lo hace cercano y creíble. Lucio, Pilatos, los guardias del sepulcro, el Centurión o el judío chivato tienen papeles individualizados y parecen realmente salidos del lugar que el guion les ha reservado.
Envuelta en la brillante banda sonora de Roque Baños, Resucitado nos ayuda a mirar a todos los personajes con comprensión ante las diferentes reacciones (revelador el interrogatorio de Clavius a la ciega y al soldado dormido) que el encuentro con lo sobrenatural suscita en cada uno.
Y en cuanto a los apóstoles, a los que ya hemos visto en infinidad de producciones de todo tipo, Reynolds se esfuerza en que parezcan hombres normales, de edades variadas y respuestas diferentes ante las mismas situaciones. Un acierto destacar al desconocido Bartolomé para encarnar la firmeza y la debilidad (y el optimismo) de los que siguen a Jesús. El propio Cristo parece un apóstol más y carece de ese pseudo-misticismo con el que algunas veces se le ha representado en el cine despojándole de toda humanidad. Es un Cristo que sonríe, abraza y mira a los ojos directamente (y hasta con un punto de picardía). Y mención especial merece la interpretación que María Botto hace de María Magdalena: intensa, contenida, digna y firme. Un lujo de participación española en esta producción estadounidense.
La película mantiene la tensión en todo momento y va narrando los hechos con calma y agilidad. Es comedida tanto en la crudeza de la batalla o de los enterramientos como en los momentos de intensidad emocional. Es cierto que su representación del Calvario puede resultar extraña, que el pasaje del leproso está introducido de un modo un tanto forzado y que en la pesca nocturna se les ha ido la mano con la luz artificial, pero son pequeños tropiezos que no desvirtúan su calidad.
Un film bello, emocionante, sincero, extraordinariamente humano y, por supuesto, totalmente recomendable.
Firma: Esther Rodríguez
Poncio Pilatos le pide a Clavius, el tribuno de su confianza, que se asegure de que el nazareno al que acaban de crucificar está definitivamente muerto y enterrado. Así mismo, debe vigilar su tumba ya que los judíos temen que los seguidores de Jesús roben el cuerpo para decir que ha resucitado.
Clavius cumple la orden pero, a pesar de sus prevenciones, el cuerpo desaparece. Comenzará una investigación sobre lo ocurrido, durante la cual el contacto con los seguidores de Jesús y los resultados de sus pesquisas le harán replantearse los principios en los que basa su vida.
