El director Antoine Fuqua, natural de Pittsburg (Pensilvania), se inició en el campo de la comunicación con la realización de numerosos vídeos musicales, entre los que destaca su famoso Freedom. Después, ingresó en el mundo del cine con títulos como Training day en 2001 o El protector en 2014, además de otras producciones que han fraguado su historial profesional.
Con esta película, Redención, pese a llegar a nuestras pantallas con cierto retraso, podríamos decir que Hollywood vuelve a sus orígenes. En efecto, con el tiempo transcurrido daba la impresión de que el tema del boxeo, que tantos años de gloria proporcionó al cine norteamericano en su momento de esplendor, ya estaba definitivamente postergado. Pues no. Antoine Fuqua revive aquellos tiempos con este nuevo título, en el que, a su vez, está también involucrado en la producción con un tema que conoce como la palma de la mano pues lo ha practicado como afición. Eso sí, lo hace con todos los avances tecnológicos que el cine actual pone en sus manos: una más que expresiva cámara y un verismo singular añaden su acento a un guión que, en muchos de sus aspectos, ya forma parte de la cinematografía de los años treinta.
No puede obviarse que, aparte de la dedicación y la afición de una reducida parte de la humanidad, el boxeo como sangriento espectáculo de masas, al igual que otros temas populares en los que la violencia elevada al cubo siempre está presente, ha ido decayendo de una forma notable. Ello es encomiable y forma parte de los cambios que cultura y civilización han hecho mella en las costumbres de la raza humana.
Para esta nueva singladura basada en aquel complicado, y en ocasiones sórdido mundillo, Fuqua ha contado con dos figuras estelares: Jake Gyllenhaal (recordemos su rol estelar en Brokeback Mountain), y ahora como el púgil Billy Hope. Y la bella y sugerente actriz Rachel McAdams, aunque solo en las primeras secuencias, como enamorada esposa del púgil, y con importantes títulos en su filmografía, como Midnight in Paris y Spotlight; nominada en esta última del Oscar como mejor actriz de reparto”.
Hemos dejado para el final las distintas fases por las que transcurre en el film la actuación de la jovencísima actriz Oona Laurence, en el papel de Leila, desventurada hija del boxeador, pues en ella recae, a nuestro juicio, todo el dramatismo y las fatales consecuencias del guión.
Por supuesto, Redención es un nuevo título que aparece ahora en nuestras pantallas. Pero, aparte de sus valores fílmicos, que no podemos obviar, nos deja el mal sabor de boca de esta desorientada niña, desvinculada ya en sus primeros años del hogar familiar como consecuencia de la profesión de su padre, consistente en liarse a mamporros con otro ser humano hasta hacerle perder el sentido y la razón.
En efecto… Hollywood vuelve a sus orígenes… Sólo es cine, pero….
Firma: Joaquín Guitart
Billy “el Grande” Hope (Jake Gyllenhaal), campeón del mundo de los pesos semi-pesados, lo tiene todo: una impresionante carrera, Maureen (Rachel McAdams) una hermosa y enamorada esposa, una hija adorable, Leila (Oona Laurence), y un estilo de vida con todo tipo de lujos. Pero cuando su mánager y amigo de toda la vida le abandona, Hope toca fondo y se presenta en un decadente gimnasio local, ante “Tick”, un inusual “salvador”, un bombero retirado y entrenador de los boxeadores amateurs más duros de la ciudad.
Con su futuro dependiendo de la dirección y la tenacidad de “Tick”, Billy se enfrenta a la batalla más dura de su vida, en la que luchará por su propia redención y por recuperar la confianza de los que ama.
