Producido por el actor y director Danny DeVito, el nuevo realizador ha contado con un brillante guión de Helen Childress y la natural interpretación de la ascendente Winona Ryder (Drácula, La edad de la inocencia) y los jóvenes Ethan Hawke y Janeane Garofalo. El rodaje en escenarios naturales de Texas y la banda musical (con nostálgicos hits de los años 70-80, con canciones tan célebres como My Sharona de The Knack, Baby, I love your way de Peter Frampton o Morenaza de Maldita Vecindad) le dan categoría artística a este digno filme comercial.
“De aquellas lluvias vienieron esos lodos”, podría calificarse a esta cinta, donde se critica la actitud de los padres y se evidencia con creces y comprensión la postura de sus hijos, gente amoral (no recibieron valores sólidos en su infancia ni adolescencia) y sin ideario, llena de incertidumbres, desengaños y en paro laboral (y, sobre todo, mucha televisión), que pretenden una sociedad mejor, más sana, pero no saben cómo lograrla. En este sentido, resulta muy clarificador el “No lo sé” de Lilaina (en el día de su graduación), captado por la cámara de vídeo. “Bocados de realidad” es una aguda comedia, plena de sugerencias, que hará reflexionar al espectador. Es más, los jóvenes están respondiendo muy bien ante ella, pues quieren verse retratados en la pantalla (no parece que lo hagan los padres, a quien también va dirigida esta película). Aun así, la frescura (en su doble sentido) y la sinceridad de algunas situaciones y escenas -las eróticas han sido salvadas por la elipsis (cosa que no hacen las análogas cintas españolas sobre esta misma generación: Los peores años de nuestra vida y Todo es mentira)- carecen de la respuesta que desconocen sus sufridos protagonistas.
Firma: Redacción
Houston, años 90. Narra la vida cotidiana de un grupo de chicos norteamericanos, que se debaten en la inseguridad sentimental y profesional. Lilaina, que se acaba de graduar y ha realizado un vídeo sobre diversos episodios de sus compañeros de apartamento, parece enamorarse de un joven “yuppy”, Michael, cuando en realidad lo está de un filósofo a la deriva que quiere ser “estrella del rock”.
Se trata de la película más emblemática de la denominada Generación X, formada por los hijos de aquellos que veinte años atrás se rebelaron contra el “establishment”, se manifestaron en contra de la guerra del Vietman, fumaron marihuana, fueron “hippies” y practicaron el amor libre, pero hoy pertenecen al sistema, están divorciados y situados en la sociedad burguesa y pragmática estadounidense. Así, el debutante Ben Stiller (quien asimismo incorpora el papel de Michael) pone en la picota, a modo de crónica sociopsicológica, a ambas generaciones.
