Pixi Post y los genios de la Navidad

Gorka Sesma, director de la también película de animación navideña Olentzero y la hora de los regalos (2008), ha dado un salto cualitativo. Esta producción española, con Bilbao de fondo, hará llegar la Navidad a los hogares, y bien que la hará llegar ya que es un mejunje de todo y todos: magia, tradición, burros, camellos, Papá Noel, Reyes Magos, Befana, Olentzero, Caga Tió, Mago budista, el Abuelo de las Nieves, niño Jesús, los del norte…

Frente a este abanico nos encontramos con una historia al estilo Polar Express, en la que los corazones pequeños y rotos son los encargados de devolver la ilusión a los niños y salvar esos días festivos. En este caso son dos cabezotas: un niño cuya madre murió de cáncer y Olentzero no la salvó y Pixi Post, una elfa con un pasado traumático que le ha dotado de rebeldía.

Otros tópicos despuntan en el film, como la digitalización frente las tradiciones, el consumismo, encarnado por el malo malísimo Monopolish, la ciencia versus la magia… En ocasiones, esto se despliega de forma demasiada explícita como pasa con la antítesis bien y mal.

Pixi Post nos muestra todas esas figuras propias de la Navidad en diversas culturas y no se posiciona en nada. De una clara referencia al cristianismo pasa a un árbol que otorga poderes a quien lo abraza.

Por la calidad de la animación y la estructura del guión, el film parece más un capítulo televisivo de hora y media, donde el movimiento interno decae en el segundo tercio de la película. Sin embargo, poco a poco, va ganando fluidez y acción hasta llegar a la batalla final.

Para aquellos padres que no quieran confundir a sus hijos con muchos magos de Navidad, Pixi Post no será santo de su devoción. Pero, para aquellos que quieran pasar un rato entretenido, es una película divertida que aporta valores como el coraje, la amistad, la superación… Celebréis lo que celebréis, tiene cabida en Pixi Post y los genios de la Navidad, que parece prepararse para una segunda entrega.

Firma: Carla Sciamma